Este viernes, un terremoto de magnitud 7.7 sacudió Birmania, dejando un saldo de víctimas que podría oscilar entre 100 y 1,000 muertos, según estimaciones del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El sismo se registró a las 12:50 hora local (6:20 GMT) con una profundidad de 10 kilómetros, y su epicentro se ubicó a unos 17 kilómetros de Mandalay, la segunda ciudad más grande del país, con 1.2 millones de habitantes.
Las mediciones del USGS revelan que:
• 7,000 personas estuvieron expuestas a sacudidas violentas.
• 2.8 millones experimentaron sacudidas profundas.
• Más de 10 millones sintieron sacudidas fuertes o muy fuertes.
“Es probable que se produzcan víctimas y daños considerables, y el desastre podría ser generalizado”, advirtió el USGS en su informe, señalando que este tipo de eventos requiere una respuesta a nivel regional o nacional.
Fuentes humanitarias en el terreno reportaron derrumbes de edificios en Mandalay, así como la destrucción de un monasterio en Taungoo, donde 20 niños quedaron atrapados bajo los escombros.
En la localidad de Sagaing, un puente colapsó completamente, mientras que en Rangún, la ciudad más grande de Birmania, se registraron evacuaciones masivas debido a la intensidad del temblor.
El USGS estimó que las pérdidas económicas podrían alcanzar el 0.1% del Producto Interno Bruto (PIB) de Birmania. Aún se desconoce el alcance total de los daños, pero se espera que las autoridades birmanas y la comunidad internacional coordinen esfuerzos de rescate y ayuda humanitaria en las próximas horas.
