El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lanzó un enérgico mensaje en contra del gobierno de Donald Trump, asegurando que su país no aceptará más imposiciones extranjeras y continuará defendiendo su independencia. A través de un video compartido en Telegram, Maduro afirmó que “el tiempo de las órdenes en inglés se acabó” y reiteró que Venezuela no es colonia de nadie.
“Venezuela seguirá siendo un país libre e independiente”, expresó el mandatario, quien acusó a Estados Unidos de llevar a cabo una política de agresiones económicas que afecta a varios países, no solo a Venezuela.
Maduro rechazó las nuevas sanciones impuestas por Washington, las cuales afectan al sector petrolero venezolano, al cancelar los permisos que varias petroleras extranjeras tenían para exportar crudo desde Venezuela. Entre las empresas afectadas se encuentran Repsol (España), Eni (Italia), Reliance Industries (India) y Global Oil Terminals (EE.UU.), las cuales deberán liquidar sus operaciones antes de finales de mayo.
El presidente venezolano calificó estas medidas como parte de una “guerra económica” promovida por el gobierno de Trump, con el objetivo de doblegar al gobierno de Maduro. Sin embargo, aseguró que a pesar de las restricciones, Venezuela seguirá buscando relaciones internacionales basadas en el respeto mutuo.
“Allá ellos, quienes pierden son ellos”, afirmó Maduro, refiriéndose a las consecuencias que las políticas estadounidenses tendrán en el panorama global.
Maduro también expresó su preocupación por el impacto de las políticas de sanciones de Estados Unidos en el comercio global, afirmando que la Organización Mundial del Comercio (OMC) está “casi herida de muerte”. Según el mandatario, las agresiones económicas de potencias como Estados Unidos están generando caos en el comercio mundial, afectando no solo a Venezuela, sino a otras naciones.
En cuanto a la industria petrolera venezolana, que ha sido golpeada por las sanciones, Venezuela había logrado aumentar su producción a más de un millón de barriles diarios en enero, la cifra más alta desde junio de 2019. Sin embargo, los nuevos aranceles del 25% sobre el petróleo venezolano y la cancelación de permisos para las compañías extranjeras podrían frenar esa recuperación y agravar la crisis económica que atraviesa el país sudamericano.
A pesar de las dificultades, Maduro reiteró que cualquier sanción será enfrentada, controlada y superada, y destacó que su gobierno ha buscado fortalecer las relaciones con países como China, Rusia, Irán e India. Estos aliados se han convertido en un apoyo crucial para Venezuela, que busca sortear las sanciones de Estados Unidos.
Sin embargo, los analistas advierten que el endurecimiento de las sanciones petroleras complica aún más las posibilidades de Venezuela de mantener su flujo de exportaciones y atraer inversiones extranjeras, lo que incrementará la presión sobre la ya debilitada economía del país.