Este viernes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una advertencia contundente a Irán, diciendo que si el país no acepta negociar sobre su programa nuclear, ocurrirán “cosas muy malas”. Las declaraciones fueron hechas durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, donde Trump detalló que había enviado una carta a Alí Jameneí, líder supremo de Irán, instando a las autoridades iraníes a llegar a un acuerdo.

“Les envié una carta recientemente y les dije que tendrán que tomar una decisión de un modo u otro, y tendremos que hablar y resolver la situación o le ocurrirán cosas muy malas a Irán. Y no quiero que eso ocurra”, declaró Trump, dejando claro que su preferencia es resolver el problema mediante la diplomacia.

Trump destacó que, en su misiva, había dado a Irán un plazo de dos meses para llegar a un acuerdo sobre el programa nuclear. Además, indicó que existen dos maneras de manejar la situación: mediante un acuerdo diplomático o acciones militares. El mandatario subrayó que, aunque su preferencia es negociar, si no se alcanza un consenso, las consecuencias para Irán serían severas.

El ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchí, respondió a la misiva de Trump, afirmando que Irán ha enviado una respuesta oficial a la carta, aunque se negó a revelar detalles sobre su contenido. Araqchí subrayó que Irán no está dispuesto a involucrarse en conversaciones directas con Estados Unidos mientras continúe la presión y las amenazas militares, aunque dejó abierta la posibilidad de negociaciones indirectas, como las que ya se llevaron a cabo en el pasado.

El conflicto en torno al programa nuclear iraní comenzó con el acuerdo alcanzado en 2015 entre Irán y seis potencias mundiales (Estados Unidos, China, Francia, Rusia, Reino Unido y Alemania), que limitaba el desarrollo nuclear de Irán a cambio del levantamiento de las sanciones económicas. Sin embargo, durante su primer mandato, Trump salió unilateralmente de este acuerdo en 2018, restableciendo las sanciones sobre Irán.

La postura del presidente estadounidense y la negativa de Irán a aceptar negociaciones directas sin condiciones previas continúan generando tensiones en el ámbito internacional, con ambos países en un punto muerto respecto al futuro del programa nuclear iraní.