Este domingo, Donald Trump, expresidente y candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, dejó a los clientes de un McDonald’s en Feasterville, Bucks County, Filadelfia, con la boca abierta al colocarse un delantal negro y amarillo para preparar las icónicas papas fritas de la cadena. La inusual aparición forma parte de su campaña de reelección y busca atraer la atención en Pennsylvania, estado clave para las elecciones de 2024.
Videos difundidos por su equipo muestran a Trump atendiendo la ventanilla del drive-thru, sirviendo pedidos y pagando de su bolsillo las cuentas de algunos clientes. “Estoy buscando un trabajo ahora mismo en McDonald’s”, comentó con tono irónico al aterrizar en Filadelfia. “Siempre quise hacer esto en mi vida, y ahora lo haré porque ella no lo hizo”.
La referencia de Trump hacia “ella” fue dirigida a la vicepresidenta Kamala Harris, quien en varias entrevistas ha mencionado haber trabajado en un McDonald’s durante su etapa universitaria, aunque sin aportar detalles específicos. En 2019, Harris hizo alusión al empleo en un tuit, pero desde entonces, medios como *Snopes* no han logrado confirmar dicha historia.
La campaña de Trump aprovechó esta situación para cuestionar la integridad de Harris. “Hemos verificado con McDonald’s y nos dicen, de manera definitiva, que no hay ningún registro de que Kamala Harris haya trabajado allí”, publicó el equipo del expresidente en X (anteriormente Twitter). Sin embargo, no presentaron pruebas más allá de conversaciones con empleados anónimos.
Desde la campaña de Harris, el portavoz Ian Sams calificó los comentarios de Trump como una “estrategia desesperada”. “Cuando Trump se siente desesperado, lo único que sabe hacer es mentir. No puede entender lo que es tener un trabajo de verano porque le dieron millones en una bandeja de plata y los desperdició”, afirmó Sams.
El enfrentamiento entre los candidatos se produce en un momento crítico, ya que Pennsylvania es considerado un estado decisivo para definir al próximo presidente de Estados Unidos. Las encuestas muestran una competencia ajustada: según el promedio de RealClear Politics al 17 de octubre, Trump lidera en Pennsylvania con una diferencia de apenas 0.7 puntos porcentuales.
A nivel nacional, sin embargo, Harris supera a Trump por 0.9 puntos, aunque el expresidente tiene ventaja en los siete estados clave por un margen promedio de 1 punto.
Esta aparición en McDonald’s no solo refleja la estrategia de Trump para acercarse a los votantes comunes, sino que también evidencia cómo ambos candidatos están dispuestos a recurrir a cualquier tema, por inusual que sea, para ganar ventaja en una contienda cada vez más cerrada.
Pennsylvania será, sin duda, un campo de batalla crucial en los próximos meses, y los ataques entre Trump y Harris podrían marcar el tono de una de las campañas más polarizadas en la historia reciente de Estados Unidos.
