Cuba paraliza actividades no esenciales ante crisis energética

Cuba paraliza actividades no esenciales ante crisis energética

El Gobierno de Cuba suspendió a partir de este viernes todas las actividades laborales estatales no esenciales como medida para enfrentar la profunda crisis energética que atraviesa el país. La decisión ha impactado desde la agenda ministerial hasta las actividades educativas, agravando la situación cotidiana de los cubanos.  

La medida coincidió con un apagón total en todo el territorio, provocado por una falla en una central eléctrica clave, según informó la compañía estatal Unión Eléctrica (UNE), adscrita al Ministerio de Energía y Minas (Minem). Esta interrupción masiva dejó sin electricidad a la isla por completo.  

El Ministerio de Educación anunció la suspensión de las clases en todos los niveles escolares, mientras que instituciones como el Ministerio de Relaciones Exteriores cancelaron reuniones con diplomáticos y otros eventos.  

Por su parte, la UNE informó que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) está en proceso de restauración "incipiente" para restablecer el suministro de forma paulatina.  

El primer ministro, Manuel Marrero, adelantó en una inusual intervención en la televisión estatal que se emitió una instrucción gubernamental para detener todas las actividades económicas y laborales no imprescindibles, fomentando además el trabajo remoto.  

Marrero también indicó que se ordenó la desconexión de edificios vacíos y el apagado de equipos con alto consumo energético —como frigoríficos y hornos— durante las horas de mayor demanda, conocidas como "horario pico". Estas acciones buscan garantizar el suministro básico para la población.  

La crisis eléctrica se ha agravado durante la última semana, alcanzando niveles máximos del año, con apagones que afectaron simultáneamente al 51 % del país y provocaron cortes de hasta 20 horas en algunas provincias. Para este viernes, la UNE anticipaba una afectación del 49 % en la tarde-noche.  
 
El deterioro del sistema eléctrico cubano se debe a las constantes averías en las siete centrales termoeléctricas, muchas de ellas con más de 40 años de antigüedad. La falta de inversiones y mantenimiento, junto con la escasez de combustible importado —como diésel y fueloil— y la carencia de divisas, han exacerbado la situación.  

Si bien los apagones son frecuentes en Cuba desde hace años, la situación ha empeorado desde agosto, alcanzando niveles similares a los registrados en los peores momentos de 2021 y 2022. Para mitigar esta falta de capacidad, el gobierno cubano ha rentado centrales eléctricas flotantes en los últimos años, aunque estas medidas no han sido suficientes.  
 
La crisis energética ha afectado severamente la economía del país, que en 2023 se contrajo un 1.9 %, sin alcanzar los niveles de actividad económica de 2019. Los frecuentes cortes eléctricos no solo dañan la producción y los servicios, sino que también aumentan el malestar social en una población ya afectada por una crisis económica prolongada.  

El gobierno cubano asegura estar trabajando para restaurar el servicio eléctrico "lo antes posible", pero la emergencia energética amenaza con agudizar el descontento social y las dificultades económicas que enfrenta la nación.



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