Más allá de obsequiar juguetes costosos, lo que realmente necesita la infancia son momentos de juego y convivencia con las personas significativas de su vida, señala María Santos Becerril Pérez, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM. En el marco del Día de la Niña y del Niño, la especialista subraya que el tiempo compartido con padres y cuidadores es fundamental para el sano desarrollo de niñas y niños.
“La importancia radica en conectar con ellos, incluso enseñándoles juegos de la propia infancia. No hay juguete que reemplace la risa y el compartir con quienes aman”, afirmó Becerril Pérez. Desde el ámbito clínico, la académica destaca que, cuando en terapia se invita a los padres a jugar durante las sesiones, se genera un momento de plenitud tanto para los niños como para los adultos.
El juego, explica la experta, es una conducta innata en los mamíferos y en los humanos cumple un rol esencial: desarrolla habilidades físicas, cognitivas, afectivas y de lenguaje que más tarde se convierten en competencias útiles para la vida adulta. Además, produce placer y fortalece la autoestima al permitir que las infancias experimenten sus capacidades.
Respecto a la elección de juguetes, la académica enfatiza que no deben tener restricciones de género o color: lo importante es que promuevan el desarrollo saludable, la empatía y la colaboración con sus pares. “Cada niño y niña debe divertirse con lo que le guste, siempre y cuando sea algo sano”, recalcó.
Sobre el proceso evolutivo del juego, Becerril Pérez explica que comienza en los bebés a través de la exploración y se va sofisticando con el lenguaje, la socialización y el entendimiento de reglas, preparando a los menores para futuras interacciones sociales y el trabajo en equipo en la adolescencia.
Finalmente, la especialista recordó la necesidad de gestionar el acercamiento de los niños a la tecnología. Recomendó a los cuidadores observar los límites de edad y la idoneidad de los contenidos, siguiendo las indicaciones que cada videojuego o aplicación proporciona, con el fin de asegurar que su uso sea saludable y acorde al desarrollo infantil.