Descubren en Costa Rica una nueva especie de pez que vive enterrado en el lodo

Descubren en Costa Rica una nueva especie de pez que vive enterrado en el lodo

En el corazón fangoso del bosque tropical de Costa Rica, científicos han descubierto una nueva especie de pez que sorprende por su inusual hábitat y aspecto: Ophisternon berlini. Este pez, que parece una lombriz y vive enterrado permanentemente en el lodo y no en cuerpos de agua, ha sido descrito por primera vez por un equipo internacional encabezado por Jairo Arroyave, investigador de la Colección Nacional de Peces del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.

El hallazgo se realizó en la reserva natural Las Brisas, ubicada en la vertiente Caribe costarricense, un lugar que protege un fragmento de selva rodeado de zonas agrícolas. Fue precisamente durante labores de excavación en un pantano que trabajadores encontraron a estos “bichos” inusuales, que luego serían enviados a la Universidad de Costa Rica para su análisis. La especie fue nombrada Ophisternon berlini en honor a Erick Berlin, propietario de la reserva.

El pez destaca por vivir en absoluta oscuridad subterránea, con adaptaciones extraordinarias como la falta de pigmentación, ojos diminutos y un cuerpo alargado de hasta 17 centímetros. Su anatomía ha sido estudiada con tecnología de microtomografía computarizada, gracias a una colaboración con el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York, lo que permitió observar sus estructuras óseas sin dañarlo.

“Ophisternon berlini es única por el alto número de vértebras precaudales y dientes grandes y robustos en menor cantidad”, explicó Arroyave. También se logró secuenciar su genoma mitocondrial, que mostró una marcada divergencia respecto a especies conocidas, confirmando que se trata de una nueva especie para la ciencia.

El descubrimiento se suma a solo otras dos especies de peces conocidas en el mundo que viven de forma permanente enterradas en el lodo, lo que lo convierte en un hallazgo excepcional. El equipo científico ahora busca comprender más sobre su ciclo de vida y modo de respiración, que podría realizarse a través de la piel y no mediante branquias, como ocurre en la mayoría de los peces.

Este hallazgo resalta la riqueza aún inexplorada de los ecosistemas subterráneos y el papel clave de las reservas privadas en la conservación de la biodiversidad.



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