En el marco del Día Internacional de la Madre Tierra, que se conmemora el próximo 22 de abril, el investigador del Instituto de Geología (IGL) de la UNAM, Priyadarsi Debajyoti Roy, hizo un enérgico llamado a la acción para salvar el planeta de una crisis ambiental sin precedentes.
“Nosotros necesitamos al planeta, no al revés”, subraya Roy, al advertir que si no se toman medidas urgentes para mitigar los efectos del cambio climático, restaurar los ecosistemas y preservar la biodiversidad, la humanidad enfrentará consecuencias catastróficas.
El académico advirtió que de no actuar a tiempo, para el año 2050 alrededor de 200 millones de personas podrían convertirse en migrantes climáticos debido a sequías extremas. México no es la excepción: en los últimos años, casi el 80 % del territorio nacional ha sufrido algún grado de sequía, situación que pone en riesgo la disponibilidad de agua y la producción agrícola.
Roy destaca que el calentamiento global es consecuencia directa de la urbanización desmedida, la deforestación, la agricultura intensiva, la ganadería y la industrialización. Estos factores han detonado fenómenos como olas de calor extremas, inundaciones, incendios forestales, desaparición de glaciares y huracanes más severos.
Además, alertó sobre la creciente presencia de microplásticos y metales tóxicos en el agua, el aire y los alimentos. “Ya se han detectado microplásticos en el cerebro, sangre y pulmones humanos”, señala el especialista, refiriéndose a estudios internacionales.
Otro punto crítico es la contaminación de los acuíferos por el uso excesivo de fertilizantes, lo que compromete aún más el acceso a agua potable en amplias regiones del país.
Con base en modelos científicos, Roy proyecta que hacia finales de este siglo la temperatura promedio en México podría aumentar entre cuatro y cinco grados centígrados, mientras que las precipitaciones disminuirían en un 30 %, lo que agravaría la desertificación y la migración forzada.
“El plan de ejecución está fallando”, reconoce el investigador, quien considera urgente una colaboración más estrecha entre academia, industria y gobierno para transformar el conocimiento científico en acciones tangibles para la sociedad.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también enfatiza en esta fecha la necesidad de restaurar los ecosistemas como vía para combatir la pobreza, el cambio climático y la pérdida masiva de biodiversidad.
“El momento de actuar es ahora”, concluye Roy. “Si nosotros provocamos estos daños, también tenemos la capacidad de corregir el rumbo”.