En el marco del Día Mundial del Arte, que se conmemora cada 15 de abril desde 2019, la investigadora Riánsares Lozano de la Pola, del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, reflexiona sobre el papel fundamental del arte en la sociedad contemporánea: una vía para interpretar el mundo, expresar lo invisible y transformar realidades.
“El arte permite representar lo que no se puede decir de otra manera. Es un lenguaje accesible, emocional, generador de conocimiento y de conversación”, afirma Lozano de la Pola, especialista en historia del arte y prácticas culturales contemporáneas.
A lo largo del último medio siglo, movimientos sociales como los feminismos, lo poscolonial y lo descolonial han transformado profundamente el campo artístico. El arte feminista, en particular, ha servido para visibilizar historias, demandas y deseos de mujeres que históricamente estuvieron fuera del relato oficial. Ejemplo de ello son figuras como Mónica Mayer, Lorena Wolffer y colectivos como Polvo de Gallina Negra e Invasorix.
Una de las experiencias más significativas que destaca la investigadora es el proyecto Mujeres en Espiral, desarrollado por la UNAM desde 2008, donde mujeres privadas de su libertad en Santa Martha Acatitla usan la creación artística como una forma de denuncia, memoria y sanación. “Para muchas de ellas, hablar no es suficiente, pero el arte les permite reconstruir sus historias y expresar lo que han vivido”, explica Lozano.
Los murales, fanzines y piezas que emergen de estos espacios también se han utilizado como insumos en litigios estratégicos, en colaboración con la Clínica Marisela Escobedo de la UNAM, demostrando el potencial del arte más allá del simbolismo.
El arte ha dejado atrás las antiguas nociones que lo limitaban a las “bellas artes”. Hoy incluye el cuerpo, la naturaleza, objetos cotidianos y discursos políticos. Este cambio fue impulsado por las vanguardias del siglo XX y ha abierto las puertas a nuevas formas de creación, muchas veces polémicas, como las obras recientes de Ana Gallardo o Fabián Cháirez, que provocaron intensos debates públicos sobre representación, ética y libertad artística.
Frente a un mundo marcado por crisis sociales, políticas y ambientales, Lozano de la Pola subraya que el arte es también trinchera y refugio. “Es un espacio para la defensa de la diversidad, un lugar para el intercambio de saberes plurales. Acceder a él es un derecho humano que debemos proteger”.
Así, en este Día Mundial del Arte, la UNAM recuerda que el arte no solo embellece: cuestiona, libera, educa y transforma.