El poder de la oralidad: solo el 3% de las lenguas del mundo tienen escritura

El poder de la oralidad: solo el 3% de las lenguas del mundo tienen escritura

Aunque en el mundo se hablan más de seis mil lenguas, solo una mínima parte cuenta con un sistema escrito: menos de 100, lo que representa apenas el 3% del total, mientras que el resto vive exclusivamente en la oralidad. Esta fue una de las revelaciones compartidas por Concepción Company Company, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM y miembro de El Colegio Nacional, durante una charla reciente sobre la evolución del lenguaje en América.

Company explicó que la oralidad no limita la capacidad expresiva de las lenguas. Al contrario, permite la transmisión de simbolismos, rutinas, experiencias y cultura con la misma profundidad que las lenguas escritas. “El lenguaje nos permite realizar más de 100 millones de sinapsis diarias, lo que da cuenta de su potencia como herramienta de identidad y conocimiento”, subrayó.

La experta detalló que el primer texto en español escrito en América data de 1494, relacionado con Cristóbal Colón, mientras que el primer periódico fue el diario Suceso y noticias en Lima, Perú, publicado en 1700, y no La Gaceta de México como se pensaba anteriormente.

La llegada del español al continente americano tiene fecha y hora exactas: miércoles 12 de octubre de 1492, a las 4:40 horas, en lo que hoy es Guanahani, Bahamas. Desde entonces, la lengua se expandió como herramienta de conquista, administración y religión, y hoy es patrimonial para casi 500 millones de personas en América.

Company advirtió sobre la contradicción histórica: aunque el español se ha nutrido de las lenguas indígenas, las comunidades originarias han sido marginadas social y culturalmente. Muchas lenguas amerindias eran mayoritarias hasta el siglo XVIII, pero con la Independencia y reformas como las de Benito Juárez, comenzaron a ser minoritarias, perdiéndose con las nuevas generaciones.

A través del proyecto Corpus Diacrónico y Diatópico del Español de América (CORDIAM), que codirige desde 2012, la investigadora ha podido documentar cómo desde el siglo XV se usaban expresiones discriminatorias contra los pueblos indígenas. Ejemplos como “los yndios se hazen uellacos y borrachos” (Perú, 1615) o “determiné no comer ninguna cosa prieta” (México, 1682) muestran cómo esta visión negativa ha estado presente por siglos.

Pese a la discriminación, las lenguas indígenas han dejado un legado cultural imborrable. Palabras como batata, camote, tapioca, papa, cacao, cigarro, chicle y maíz provienen de lenguas originarias como el náhuatl, quechua, taíno y tupí-guaraní, y se usan hoy en día en múltiples idiomas a nivel global.

Company concluyó que todas las lenguas son permeables y vivas, constantemente en contacto y enriquecimiento mutuo. “No existen lenguas puras; el contacto es parte esencial de su evolución”, afirmó. La oralidad sigue siendo el corazón palpitante de miles de culturas, una riqueza que urge proteger en un mundo cada vez más homogeneizado.



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