Después de una larga espera de 68 días, Santiago Giménez volvió a demostrar su instinto goleador en el partido que enfrentó al Milan contra el Venezia este domingo, en un duelo correspondiente a la Jornada 34 de la Serie A. El delantero mexicano fue el encargado de sentenciar el marcador con un gol en los últimos minutos del encuentro, asegurando así una victoria 2-0 para los rossoneri.

El partido, disputado en el Stadio Pier Luigi Penzo, no fue nada sencillo para el Milan. Aunque Christian Pulisic había abierto el marcador en el minuto 5, el equipo dirigido por Sérgio Conceição mostró una actuación floja, llena de imprecisiones y carente de ideas, dejando abierta la posibilidad de que el Venezia, penúltimo en la tabla, lograra el empate en cualquier momento.

Giménez inició el partido en la banca y no ingresó hasta el minuto 64. En su primera intervención, el mexicano desaprovechó una clara oportunidad al fallar un cabezazo frente al arco rival. Parecía que la mala racha de goles de Santiago continuaría, pero el destino tenía otros planes.

Cuando el reloj marcaba el minuto 96, el delantero recibió un balón filtrado y, tras un mano a mano con el arquero Andrei Radu, definió de manera magistral con un sombrerito poco convencional que selló el 2-0 definitivo. La tensión fue tal que el propio Giménez dudó por un momento de la validez de su gol, temeroso de un posible fuera de lugar. Sin embargo, al confirmarse que no existía infracción, sus compañeros lo rodearon en un emotivo abrazo, marcando no solo el final de la sequía goleadora de “Santi”, sino también el cierre de una racha negativa.

Con esta victoria, el Milan se mantiene en el noveno puesto de la Serie A con 54 puntos, aún lejos de la zona de clasificación europea. Por su parte, el Venezia, ya condenado al descenso, sigue sumido en una difícil situación, mostrando una imagen de lucha pero sin poder concretar resultados positivos frente a un rival superior.