Aunque el arroz blanco es un cereal refinado que pierde parte de su fibra durante el procesamiento, sigue siendo una fuente importante de carbohidratos esenciales para proporcionar energía. Además, su versatilidad lo convierte en un alimento fácil de digerir y combinar con opciones saludables, según la nutricionista Magali Alvarenga.  
 
Lejos de ser un enemigo en las dietas para bajar de peso, el arroz blanco puede ser un aliado si se consume de manera estratégica. Alvarenga recomienda distribuir las comidas a lo largo del día para mantener activo el metabolismo y aprovechar los beneficios de este alimento.  

**Plan sugerido por la nutricionista:**  
- **Desayuno:** Una porción de pan integral, huevos y fruta fresca.  
- **Almuerzo:** Arroz blanco cocido en agua, acompañado de legumbres, ensaladas y una proteína magra como pollo.  
- **Merienda:** Yogur descremado y una fruta.  
- **Cena:** Similar al almuerzo, pero reduciendo la cantidad de arroz y priorizando vegetales y proteínas.  

Alvarenga enfatiza que el impacto del arroz blanco en la dieta no depende únicamente del cereal, sino de las porciones y los alimentos con los que se combina.  

Un estudio publicado en **The BMJ**, que observó a más de 100,000 personas durante 28 años, encontró que el consumo excesivo de cereales refinados puede contribuir al aumento de peso. Sin embargo, Alvarenga destaca que no es necesario eliminar el arroz blanco para mantener una dieta saludable, siempre y cuando se consuma en cantidades moderadas y acompañado de alimentos nutritivos.  

"El arroz blanco puede formar parte de un estilo de vida saludable que no solo promueva la pérdida de peso, sino también el disfrute de los alimentos y el bienestar general", concluye.  
 
Lejos de ser un alimento prohibido, el arroz blanco puede integrarse en una dieta equilibrada que priorice la calidad de los ingredientes y un enfoque consciente hacia la nutrición. Esto permite mantener una alimentación sostenible y placentera, sin sacrificar objetivos de salud.