En una reunión celebrada este lunes en la Casa Blanca entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, lanzó una advertencia contundente al grupo rebelde hutí en Yemen: “Han tenido tres semanas malas y está a punto de ponerse peor”.
La declaración llega tras una serie de ataques aéreos por parte de Estados Unidos contra posiciones hutíes, como respuesta a sus acciones en el Mar Rojo, donde han bloqueado embarcaciones comerciales desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás.
Durante la reunión en el Despacho Oval, Trump aseguró que su gobierno ha sido “muy duro” con los hutíes y que los ataques estadounidenses han logrado debilitar sus capacidades, eliminando incluso a líderes clave de la milicia.
“Los estamos hiriendo casi a diario”, afirmó el presidente. “Esta es una campaña con una fuerza sin precedentes”.
Los hutíes, respaldados por Irán según fuentes estadounidenses e internacionales, han atacado embarcaciones como medida de presión para detener la ofensiva militar israelí en Gaza. Este conflicto indirecto ha provocado una ampliación del escenario de guerra hacia Yemen, donde Estados Unidos ahora libra una campaña aérea intensificada.
El secretario Hegseth indicó que las recientes operaciones han sido devastadoras para los hutíes, y sugirió que habrá más acciones para neutralizar al grupo insurgente.
Mientras tanto, Trump reiteró que su administración trabaja activamente en la liberación de los rehenes en poder de Hamás en Gaza.
“Queremos ver que esta guerra se detiene. Creo que en algún momento se detendrá”, dijo el mandatario, aunque no ofreció detalles sobre negociaciones.
Ambos líderes coincidieron en que el apoyo de Irán a los hutíes complica el panorama regional, extendiendo el conflicto más allá de la Franja de Gaza hacia puntos estratégicos como Yemen y el Mar Rojo, cruciales para el comercio internacional.
Con este endurecimiento de la postura militar estadounidense, la región se mantiene en alerta máxima, mientras las tensiones geopolíticas continúan escalando.
