El magnate tecnológico Elon Musk asumirá un nuevo rol en la política migratoria de Estados Unidos: su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) será el encargado de desarrollar y operar el sistema de gestión para las llamadas “visas doradas”, según reveló este miércoles el New York Times.
El proyecto, impulsado por el presidente Donald Trump, tiene como objetivo otorgar residencia permanente a inmigrantes que inviertan al menos cinco millones de dólares en el país. Anunciada semanas atrás como parte del plan “Golden Visa” o “Golden Card”, esta visa especial ofrecerá los mismos beneficios que una Green Card, pero estará disponible exclusivamente para personas extranjeras de alto patrimonio.
El medio estadounidense detalló que el DOGE, creado a la medida de Musk para reducir burocracia y gasto público, lleva al menos un mes trabajando en el sitio web y el sistema de solicitudes para este tipo de visado. La noticia ha generado polémica, ya que la agencia no fue concebida para gestionar programas migratorios ni generar nuevas vías de ingreso económico.
El Times también reveló los nombres de tres integrantes clave del proyecto, todos con antecedentes controversiales: Marko Elez, exempleado de SpaceX vinculado a comentarios racistas en redes; Edward Coristine, ingeniero despedido por filtrar información confidencial; y Joe Gebbia, cofundador de Airbnb. Ellos estarían colaborando con otras agencias federales para acelerar los procesos de verificación que suelen tardar meses, con el objetivo de aprobar solicitudes de millonarios en un plazo de apenas dos semanas.
La decisión de Trump de encargar a Musk esta tarea responde, según la Casa Blanca, a una visión pragmática. Al presentar el programa en febrero, el mandatario aseguró: “Atraeremos a gente rica, exitosa, que gastará mucho dinero, pagará muchos impuestos y dará trabajo a muchos ciudadanos. Creemos que será un gran éxito”.
La iniciativa ha despertado inquietudes entre sectores políticos y organizaciones migratorias, que cuestionan tanto el criterio elitista como el proceso exprés de aprobación, que podría dejar de lado revisiones de seguridad claves. Además, la participación de Musk en la política migratoria plantea dudas sobre los límites del poder privado en decisiones de Estado.
A pesar de las críticas, el sistema de “visas doradas” podría ponerse en marcha tan pronto como junio, marcando un nuevo capítulo en la estrategia migratoria del gobierno de Trump, esta vez centrada en el capital y no en la necesidad humanitaria.