En una emotiva ceremonia en Oslo, Terumi Tanaka, un hombre japonés de 92 años y sobreviviente del bombardeo atómico de Nagasaki, recibió el Premio Nobel de la Paz en nombre de Nihon Hidankyo, una organización de sobrevivientes que ha estado luchando contra el uso de armas nucleares durante casi 70 años. Tanaka relató el sufrimiento y la agonía que vivió tras la devastación de la ciudad en 1945, mencionando los cuerpos carbonizados de sus seres queridos y las ruinas de su hogar.
El Premio Nobel reconoce la incansable lucha de Nihon Hidankyo por la no proliferación nuclear, recordando la devastación de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, que causaron la muerte de 210,000 personas para finales de 1945. A pesar de este alto costo humano, la amenaza de un uso futuro de armas nucleares sigue vigente, con el creciente arsenal de países que mantienen y desarrollan armas nucleares.
Tanaka expresó su preocupación por la desaparición del tabú nuclear. "Estoy infinitamente triste y enfadado de que el tabú nuclear podría desaparecer", dijo, refiriéndose a las amenazas actuales de países como Rusia e Israel, que mencionaron el posible uso de armas nucleares en sus conflictos. En su discurso, también instó a la comunidad internacional a no permitir que los horrores del pasado se repitan.
El Comité Nobel Noruego, al entregar el galardón, subrayó la necesidad de aprender de los testimonios de los sobrevivientes y de abordar los peligros nucleares que continúan creciendo. El presidente del comité, Jørgen Watne Frydnes, advirtió que las potencias nucleares parecen más interesadas en modernizar sus arsenales que en cumplir con sus compromisos de desarme bajo el Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares (TNP).
Frydnes expresó que el mundo no puede depender de las armas nucleares para garantizar la seguridad global, advirtiendo que la civilización humana podría estar en peligro si no se toman medidas serias hacia el desarme.