Las elecciones presidenciales de Estados Unidos, celebradas el pasado 5 de noviembre, han sido una de las contiendas más reñidas en la historia reciente, con Kamala Harris, la candidata demócrata, enfrentándose a Donald Trump, quien busca regresar a la Casa Blanca por segunda vez con el Partido Republicano.

Aunque los resultados oficiales aún no se han confirmado, las estadísticas preliminares indican que Trump ha obtenido la mayoría de los votos, superando los 71 millones, mientras que Harris sigue en segundo lugar con más de 66 millones. En los estados en los que todavía no se ha completado el conteo, como Alaska, Nevada, Arizona y Michigan, la mayoría de los votos favorecen al republicano, lo que lo posiciona como el virtual ganador de la contienda.

Según el sistema electoral estadounidense, una vez que se finalice el conteo de votos, será el Congreso quien validará los resultados a principios de enero de 2024. En ese momento, se confirmará oficialmente al nuevo presidente y vicepresidente del país.

La toma de posesión de los nuevos líderes está programada para el 20 de enero de 2025 a las 12:00 p.m., hora del Este, en Washington D.C. La ceremonia de inauguración se llevará a cabo frente al Capitolio, donde el presidente electo pronunciará el juramento de cargo: "Juro solemnemente que ejecutaré fielmente el cargo de presidente de los Estados Unidos y, hasta el límite de mis facultades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de los Estados Unidos". Tras este acto solemne, el presidente dará su discurso inaugural, estableciendo su visión y prioridades para la nación.

La toma de posesión también marca el inicio del proceso de mudanza del presidente electo a la Casa Blanca. Durante la mañana de ese día, el presidente saliente abandona la residencia oficial para asistir a la ceremonia, y la nueva familia presidencial toma posesión de la Casa Blanca por la tarde, cuando el proceso de mudanza debe completarse, con el cambio de residencia que afecta las 132 habitaciones de la Casa Blanca.