La madrugada del domingo en el sureste de Cuba fue testigo de un nuevo episodio de tensión y alarma, cuando un terremoto de magnitud 5.9, seguido de una potente réplica de 6.8 grados, remeció la región. Este evento ocurre en un contexto ya marcado por desastres naturales, dejando a miles de personas en estado de alerta y ansiedad.
El primer sismo, registrado a las 10:50 a.m. con epicentro a 35 kilómetros de Bartolomé Masó, provincia de Granma, se sintió en las provincias orientales y en algunas zonas del centro del país. Aproximadamente una hora después, una réplica de 6.8 grados sorprendió nuevamente a los residentes, esta vez con epicentro a una profundidad de 23.5 kilómetros cerca del municipio de Pilón, también en Granma.
La intensidad de los movimientos telúricos provocó que la gente en Santiago de Cuba, la segunda ciudad más grande del país, saliera a las calles en busca de refugio. Yolanda Tabío, una ama de casa de 76 años, relató a The Associated Press cómo, al sentir el temblor, "la gente salió a la calle, está todavía sentada en la puerta, muy nerviosa". Tabío describió el momento como "un movimiento de paredes y objetos" que causó un gran susto.
A pesar de la magnitud de ambos sismos, las autoridades no emitieron alerta de tsunami. Si bien no se han registrado daños materiales significativos ni víctimas, los reportes en redes sociales indican algunos daños menores en Pilón, tales como losas caídas y grietas en edificaciones antiguas.
Este sismo llega después de que Cuba sufriera recientemente el paso de dos ciclones devastadores. El huracán Oscar dejó ocho muertos en Guantánamo, y poco después el ciclón Rafael azotó el occidente del país, agravando los problemas del sistema eléctrico y provocando apagones prolongados en varias regiones. La combinación de estos eventos ha dejado una huella de preocupación en la población, especialmente en las zonas más afectadas.
“La gente está muy asustada”, expresó la religiosa Enma Castillo desde El Cobre, cerca del santuario de la Virgen de la Caridad, patrona de Cuba. Castillo relató que aunque el temblor fue "fuerte y extendido", no se reportaron daños en su zona. Sin embargo, el temor persiste ante la posibilidad de futuros eventos naturales en una región ya golpeada.
Hasta el momento, las autoridades cubanas no han reportado víctimas ni daños mayores, pero la situación sigue siendo evaluada mientras la población permanece en estado de alerta.