Una de las tradiciones navideñas más queridas de Italia ha desatado un gran debate este año: la tala de un majestuoso abeto de 30 metros de altura, conocido como el “Gigante Verde”, para decorar la Plaza de San Pedro en el Vaticano. En el Valle de Ledro, en los Alpes italianos, miles de habitantes y defensores del medio ambiente han lanzado una petición en Change.org, que ya suma más de 40,000 firmas, para evitar la tala del árbol. La comunidad local y organizaciones ecologistas han calificado la decisión de “sacrilegio” y consideran que esta práctica va en contra de los esfuerzos para combatir el cambio climático.
El “Gigante Verde”, que se alza cerca del Lago de Garda, ha resistido desastres naturales y guerras, siendo un símbolo de fortaleza para el valle y su gente. La controversia creció aún más debido al costo que implicaría talarlo, transportarlo e instalarlo en el Vaticano: alrededor de 60,000 euros, una suma que muchos habitantes de Ledro, una comunidad de 5,000 personas, consideran podría usarse para necesidades locales.
Activistas y comités locales han apelado directamente a las encíclicas del Papa Francisco sobre la protección de la naturaleza, sugiriendo que la tala del “Gigante Verde” contradiría sus llamados a preservar el medio ambiente. Los defensores del árbol incluso han invitado al Papa a visitar el Valle de Ledro para que experimente personalmente la importancia simbólica y ecológica del abeto en la región.
Como alternativa a esta tala, los lugareños proponen un árbol navideño artístico permanente hecho de madera reciclada de árboles caídos, una opción que, afirman, encajaría mejor con los valores de sostenibilidad promovidos por el Papa.