El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, sostuvo una reunión con el Papa Francisco este Domingo de Pascua en el Vaticano, un encuentro que se da en un momento de tensas relaciones entre el gobierno estadounidense y la Iglesia Católica, especialmente en lo que respecta a las políticas migratorias.
La audiencia se produjo antes de que el Papa ofreciera su tradicional bendición Urbi et Orbi desde la Plaza de San Pedro, y marcó un nuevo capítulo en la relación entre el Vaticano y la administración de Donald Trump, con el cual Vance ha sido un ferviente defensor de políticas de inmigración restrictivas. La reunión, según informó CBS, fue “cordial” y permitió un intercambio de opiniones sobre temas de gran importancia internacional, incluyendo los derechos humanos, la migración y la libertad religiosa.
Vance, quien ha hecho de la política de “deportaciones masivas” y la defensa de una postura de “América Primero” uno de los pilares de su agenda, ha estado en desacuerdo con el Papa, quien ha enfatizado la importancia de la acogida de los migrantes y la fraternidad universal. En febrero, el Papa Francisco respondió a las interpretaciones de Vance, diciendo que el “ordo amoris”, concepto utilizado por el vicepresidente, debe interpretarse a través de la parábola del Buen Samaritano, que promueve una fraternidad sin exclusiones.
El Vaticano también expresó su preocupación por las políticas migratorias de EE.UU., subrayando la necesidad de proteger a los refugiados y prisioneros. En este contexto, el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, señaló que las tensiones entre la administración de Trump y la Iglesia reflejan un enfoque muy diferente hacia la migración y los derechos humanos, comparado con las posturas tradicionales del papado.
Durante su visita a Roma, Vance, quien se convirtió al catolicismo en 2019, participó en los oficios del Viernes Santo en la Basílica de San Pedro y tuvo reuniones diplomáticas de alto nivel, incluyendo con la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Además, se reunió con Parolin y el arzobispo Paul Gallagher, ministro de Relaciones Exteriores de la Santa Sede. Aunque las diferencias persisten, Vance ha expresado su respeto por el Papa y su compromiso con sus principios, a pesar de sus desacuerdos.
