El presidente de Francia, Emmanuel Macron, realizó este jueves un reconocimiento sin precedentes sobre uno de los episodios más oscuros de la historia colonial: la deuda de independencia que Haití pagó a Francia durante más de un siglo tras liberarse del dominio colonial.
Durante un discurso recogido por The New York Times, Macron declaró que “ha llegado el momento de reconocer la verdad de la historia”, en referencia al acuerdo de 1825 mediante el cual el rey Carlos X reconoció la independencia de Haití a cambio de una millonaria indemnización destinada a los antiguos colonos franceses.
Haití, que en 1804 se convirtió en la primera nación del mundo en independizarse por medio de una revolución de esclavos, fue forzada a pagar 150 millones de francos oro —unos 21 mil millones de dólares actuales— para obtener el reconocimiento formal de su libertad. Para cumplir esta obligación, contrajo préstamos con bancos franceses, entrando en un ciclo de endeudamiento que destruyó su economía y cuyas secuelas se sienten hasta el día de hoy.
Aunque Macron no mencionó reparaciones económicas, anunció la creación de una comisión bilateral de historiadores que analizará el impacto de esa deuda histórica y emitirá recomendaciones para “extraer lecciones del pasado y construir un futuro más pacífico”. La comisión estará encabezada por Yves Saint-Geours, historiador y diplomático francés, y Gusti-Klara Gaillard Pourchet, académica haitiana radicada en Francia.
La revelación coincide con la cercanía del bicentenario del decreto de 1825 y llega tres años después de la investigación de The New York Times, que reveló que si el dinero pagado se hubiera invertido en el desarrollo haitiano, su economía podría haber sido hasta 115 mil millones de dólares más grande.
Haití atraviesa actualmente una grave crisis humanitaria y política, marcada por terremotos, el asesinato del presidente Jovenel Moïse, la expansión de bandas criminales y un éxodo masivo de desplazados. En este contexto, el reconocimiento de Macron adquiere un peso simbólico, pero deja abierta la interrogante sobre si Francia asumirá algún tipo de responsabilidad financiera.
Desde hace años, figuras como el expresidente François Hollande o alcaldes de ciudades francesas con pasado esclavista han reconocido una “deuda moral”, sin avanzar hacia la compensación económica. En Haití, sin embargo, la deuda sigue siendo un reclamo de justicia pendiente, mientras muchos franceses aún desconocen la historia de la Revolución Haitiana.
“Francia no puede permanecer en silencio”, dijo Pierre-Yves Bocquet, director de la Fundación para el Recuerdo de la Esclavitud. Con este gesto de Macron, se abre un nuevo capítulo de diálogo, pero la verdadera reconciliación, advierten expertos, dependerá de acciones concretas.