Un equipo de paleontólogos ha realizado un hallazgo paleontológico sin precedentes en la cantera Dewars Farm. Más de 200 huellas de dinosaurios, datadas en 166 millones de años, han sido descubiertas en este yacimiento, convirtiéndolo en el más grande de su tipo en toda Europa.
La historia comenzó cuando un trabajador de la cantera, Gary Johnson, notó unas extrañas marcas en el suelo. Al investigar más a fondo, se percató de que eran, en realidad, huellas de dinosaurios de gigantescas proporciones. Esta sorprendente revelación desencadenó una excavación a gran escala que involucró a cientos de expertos y voluntarios.
Las huellas, pertenecientes a al menos cinco especies diferentes, ofrecen una ventana sin precedentes a la vida en el Jurásico Medio. Entre ellas destacan las de los saurópodos, herbívoros de cuello largo que podían alcanzar los 18 metros de longitud, y las de los megalosaurios, depredadores bípedos de hasta 9 metros.
Gracias a técnicas de modelado 3D y análisis detallado, los científicos han podido reconstruir cómo estos gigantescos animales interactuaban en su entorno. Las huellas superpuestas sugieren que saurópodos y megalosaurios compartían el mismo hábitat, ofreciendo pistas sobre las dinámicas de la cadena alimentaria en aquel período.
"Este descubrimiento es de una importancia incalculable para la paleontología", afirma el profesor Richard Butler, paleobiólogo de la Universidad de Birmingham. "Estas huellas son como una cápsula del tiempo que nos permite observar directamente el comportamiento de los dinosaurios y el ecosistema en el que vivían".
El yacimiento de Dewars Farm se ha convertido en un tesoro para la comunidad científica y un punto de referencia para los amantes de los dinosaurios en todo el mundo. Los esfuerzos de conservación se están llevando a cabo para garantizar que este legado paleontológico pueda ser estudiado y disfrutado por las generaciones futuras.