En la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, un equipo multidisciplinario de docentes y estudiantes trabaja en un innovador proyecto titulado *Comprender, actuar y transformar nuestra sociedad tecnológica mediante la polemología*. Este esfuerzo busca analizar los efectos de la disrupción tecnológica en diversos ámbitos profesionales, y cómo las decisiones tomadas frente a estos avances pueden moldear el futuro.
El proyecto, liderado por Alba Gabriela Cabriada Jarquín, docente de la licenciatura en Relaciones Internacionales, tiene como eje central el desarrollo de un simulador que permitirá a los estudiantes enfrentar situaciones hipotéticas derivadas de innovaciones tecnológicas disruptivas. Esta tecnología, definida como aquella que transforma radicalmente industrias y mercados, también plantea dilemas éticos y sociales que requieren análisis profundo.
“Queremos que los estudiantes reflexionen sobre si la tecnología debe ser vista como una herramienta o una necesidad esencial para el bienestar humano, y qué medidas deben tomar los estados ante los cambios que podrían surgir,” señaló Cabriada Jarquín.
En su etapa inicial, el proyecto ha estudiado casos emblemáticos, como el de Neil Harbisson, el primer ser humano reconocido oficialmente como cyborg. Harbisson, quien nació con acromatopsia (incapacidad para percibir colores), se implantó una antena en el cráneo que le permite “escuchar” colores a través de vibraciones convertidas en sonidos.
Este caso generó controversias legales y políticas cuando Harbisson requirió renovar su pasaporte en el Reino Unido, ya que las autoridades inicialmente le negaron la posibilidad de tomarse una fotografía con la antena. Finalmente, el gobierno tuvo que aceptar la situación, reconociendo la antena como parte de su cuerpo.
“Este ejemplo nos hace reflexionar sobre cómo la tecnología puede trastocar decisiones políticas y de seguridad nacional. Imaginen los dilemas en un aeropuerto al enfrentarse a personas con dispositivos integrados que podrían interpretarse como herramientas de espionaje o hackeo,” explicó la docente.
El simulador en desarrollo permitirá a los estudiantes de las 17 licenciaturas de la FES Acatlán explorar escenarios en los que la disrupción tecnológica afecta ámbitos como la política, la ética, y los derechos humanos. La herramienta combinará casos históricos y ficticios, como el Proyecto Neom en Arabia Saudita, una ciudad inteligente que ha desatado polémicas por generar desigualdades sociales.
Según Cabriada Jarquín, este simulador busca preparar a las futuras generaciones para afrontar un mundo donde las modificaciones tecnológicas, como implantes o sensores, podrían crear divisiones entre personas con y sin acceso a estas innovaciones.
El equipo del proyecto subraya la importancia de encontrar un equilibrio entre el desarrollo tecnológico y los valores éticos. “Estamos en un punto donde las sociedades podrían clasificarse según su nivel de integración tecnológica. Aunque esto parece futurista, ya lo vemos reflejado en el acceso desigual a herramientas como el internet,” afirmó Cabriada Jarquín.
Aún en proceso de construcción, el simulador requiere un esfuerzo técnico significativo, incluyendo la creación de software y el diseño de un repositorio donde se alojarán los datos generados. A pesar de los desafíos, el equipo está comprometido con fomentar una reflexión profunda en torno a las implicaciones de la tecnología en la sociedad.
Con este proyecto, la FES Acatlán no solo busca educar, sino también provocar una discusión crítica sobre el papel de la tecnología en la configuración de nuestro presente y futuro.