La informalidad y la precariedad laboral son problemas arraigados en la región de América Latina, pero en México ha surgido un nuevo desafío: la inestabilidad laboral. Así lo advirtió Fiorella Mancini, investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.
Según Mancini, la inestabilidad laboral se refiere a la incertidumbre y el miedo a perder el empleo que experimentan los trabajadores de todas las edades. A diferencia de la informalidad, que suele afectar más a los jóvenes, la inestabilidad laboral impacta a todos los grupos poblacionales, desde los recién iniciados en el mundo laboral hasta los adultos mayores que buscan estabilidad y seguridad en sus últimos años de vida laboral.
"Los jóvenes son más flexibles y adaptables a este modelo, mientras que los adultos mayores necesitan estabilidad para planificar su futuro", explicó Mancini. "La inestabilidad laboral genera un gran estrés y afecta la calidad de vida de las personas".
La investigadora destacó que la inestabilidad laboral no solo se refiere a la posibilidad de perder el empleo, sino también a la incertidumbre sobre las condiciones laborales, los salarios y las oportunidades de crecimiento profesional. Esta situación se agrava por la falta de protección social y la precarización de las relaciones laborales.
Mancini señala que las causas de la inestabilidad laboral son múltiples y complejas, entre las que destacan:
La flexibilización laboral: La creciente tendencia a la contratación temporal, los contratos por obra o servicio y la subcontratación han generado una mayor precariedad en el empleo.
La automatización y la digitalización: La incorporación de nuevas tecnologías en los procesos productivos está transformando el mercado laboral y destruyendo empleos, generando incertidumbre entre los trabajadores.
La crisis económica: Las recesiones económicas y las crisis financieras pueden provocar despidos masivos y aumentar la inseguridad laboral.
Las consecuencias de la inestabilidad laboral
La inestabilidad laboral tiene graves consecuencias tanto para los trabajadores como para la sociedad en su conjunto. Entre ellas se destacan:
Aumento de la desigualdad: La inestabilidad laboral genera mayor desigualdad, ya que los trabajadores más vulnerables son los que sufren las peores condiciones laborales.
Disminución de la productividad: La incertidumbre laboral reduce la productividad de los trabajadores, ya que están más preocupados por mantener su empleo que por desarrollar sus habilidades.
Deterioro de la salud mental: La inestabilidad laboral puede generar estrés, ansiedad y depresión en los trabajadores.
Debilitamiento del tejido social: La precariedad laboral puede erosionar el tejido social al generar conflictos y tensiones entre los trabajadores y sus empleadores.
Propuestas para combatir la inestabilidad laboral
Para hacer frente a la inestabilidad laboral, Mancini propone las siguientes medidas:
Reducir la jornada laboral: La investigadora propone reducir la jornada laboral a 40 horas semanales, como una forma de mejorar la calidad de vida de los trabajadores y aumentar su productividad.
Fortalecer la protección social: Es necesario ampliar la cobertura de la seguridad social para garantizar que todos los trabajadores tengan acceso a prestaciones como salud, pensiones y desempleo.
Promover la formación profesional: La capacitación continua es fundamental para que los trabajadores puedan adaptarse a los cambios del mercado laboral y mejorar sus oportunidades de empleo.
Regularizar el mercado laboral: Es necesario fortalecer la inspección laboral y garantizar el cumplimiento de las normas laborales.
La inestabilidad laboral es un problema complejo que requiere de soluciones integrales y a largo plazo. Es fundamental que los gobiernos, las empresas y los sindicatos trabajen juntos para construir un mercado laboral más justo y equitativo.