Los Estados Unidos enfrentan una preocupante disminución en su tasa de natalidad, acercándose a un mínimo histórico que podría tener graves repercusiones económicas a largo plazo. La caída en el número de nacimientos, que en 2023 alcanzó los 3.6 millones, está afectando la estructura demográfica del país, con una tasa de fertilidad de 1.6 hijos por mujer, una cifra notablemente baja en comparación con los 3.7 hijos por mujer de la era del baby boom en 1960. Según CBS News, esta tendencia amenaza con reducir la fuerza laboral y crear dificultades para mantener los servicios sociales debido al envejecimiento de la población.
Ante esta crisis demográfica, la administración Trump está evaluando varias medidas para contrarrestar la caída en los nacimientos. Entre las opciones, se destaca una propuesta de un “bono por nacimiento” de 5 mil dólares. Aunque el presidente Trump expresó su apoyo a la idea, diciendo “me parece una buena idea”, funcionarios anónimos han señalado que aún no se ha tomado una decisión final sobre el plan.
La portavoz Karoline Leavitt defendió las políticas pro-familia del gobierno, subrayando que el presidente busca un país donde los niños crezcan seguros y puedan alcanzar el sueño americano. Sin embargo, la propuesta ha generado controversia, ya que un bono de $5,000 podría no ser suficiente para cubrir los altos costos asociados con criar a un hijo en EE. UU., que se estima en unos $300,000 hasta los 18 años. Aunque el bono podría ayudar con gastos iniciales como pañales o guarderías, no aborda de manera estructural las necesidades a largo plazo.
Expertos señalan que otras soluciones, como licencias parentales remuneradas o guarderías accesibles, podrían tener un impacto más significativo en el aumento de la tasa de natalidad. La propuesta del bono, aunque útil en términos inmediatos, podría no ser suficiente para revertir la caída de la natalidad a largo plazo, como se ha visto en países como Australia y Hungría, donde bonos similares han tenido resultados mixtos.
A nivel económico, se estima que, para 2050, 26 estados de EE. UU. enfrentarán un impacto negativo debido al envejecimiento poblacional, con una pérdida acumulada de hasta $162,300 millones en Producto Interno Bruto (PIB) para el año 2100, según un análisis de PwC. En medio de debates por posibles recortes fiscales, la propuesta de un bono podría generar un costo anual superior a los $15 mil millones, lo que añade complejidad a la discusión sobre cómo abordar el problema.