La tecnología en el hogar es cada vez más común y útil, pero su correcta instalación sigue representando un reto para muchas personas. En México, uno de los dispositivos que ha ganado popularidad en los últimos años, sobre todo con el aumento de temperaturas extremas, es el aire acondicionado. Sin embargo, su instalación incorrecta —particularmente su exposición al sol— podría causar daños irreversibles.
Uno de los errores más frecuentes es ubicar el aire acondicionado en zonas donde recibe luz solar directa, lo que provoca un sobrecalentamiento del compresor, componente esencial para su funcionamiento. Al igual que ocurre con un refrigerador, si se expone a calor extremo, el aparato se ve forzado a trabajar más de lo necesario, lo que reduce su eficiencia y puede derivar en averías.
“El calor directo acelera el desgaste del equipo y puede dañar los circuitos internos. Esto es algo que muchas veces no se toma en cuenta al instalar el aparato en casa”, explican expertos en mantenimiento de electrodomésticos. Además, destacan que este problema no se limita al aire acondicionado: cualquier dispositivo electrónico, como celulares, computadoras o tabletas, puede sufrir afectaciones por sobrecalentamiento.
En regiones del país donde el aire acondicionado no era común hasta hace pocos años, la improvisación en su colocación ha llevado a fallas prematuras y mal funcionamiento. Por ello, se recomienda elegir cuidadosamente la ubicación del aparato, evitando paredes que reciban sol durante varias horas del día.
Otro factor a considerar es el tipo y antigüedad del equipo. Modelos de gama baja o con muchos años de uso podrían no estar diseñados para resistir las altas temperaturas actuales. Por eso, al comprar un nuevo aparato, es esencial revisar sus especificaciones técnicas y asegurarse de que cuente con un rango de operación adecuado.
Con el cambio climático y el alza en las temperaturas, el cuidado en la instalación y mantenimiento de estos dispositivos se vuelve cada vez más relevante. Una instalación adecuada puede alargar su vida útil, mejorar el rendimiento y evitar gastos innecesarios en reparaciones.