El gobierno de Corea del Norte criticó duramente al secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, luego de que este calificara al país asiático como un “Estado malvado” en una entrevista reciente.
A través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, Pyongyang rechazó las declaraciones del funcionario estadounidense, asegurando que reflejan la política hostil de Washington y no contribuyen a mejorar las relaciones bilaterales.
“Las retóricas bajas y anormales de Rubio exponen la errónea visión de la nueva administración estadounidense hacia Corea del Norte”, señaló la cancillería norcoreana. “Esto jamás ayudará a facilitar los intereses de Estados Unidos”, agregó el comunicado.
La reacción de Corea del Norte llega en un momento clave, luego de que el presidente Donald Trump sugiriera la posibilidad de retomar las negociaciones con el líder norcoreano Kim Jong Un. En una entrevista con Fox News el 23 de enero de 2025, Trump describió a Kim como un “tipo inteligente” y expresó su disposición a reabrir el diálogo.
Trump recordó que en su primer mandato se reunió tres veces con Kim, aunque las conversaciones fracasaron por las sanciones impuestas por Estados Unidos. A pesar de ello, el expresidente ha enfatizado su relación personal con el líder norcoreano como una base para futuras negociaciones.
Sin embargo, el comunicado de la cancillería norcoreana deja claro que, pese a la postura más abierta de Trump, el país asiático mantiene una línea dura y desconfía de Washington.
Mientras las tensiones diplomáticas persisten, Kim Jong Un visitó la semana pasada una fábrica de materiales nucleares, donde enfatizó la necesidad de fortalecer la capacidad nuclear de Corea del Norte ante la amenaza de “fuerzas hostiles”, en aparente referencia a Estados Unidos y Corea del Sur.
Este mensaje refuerza la falta de confianza de Pyongyang en los esfuerzos diplomáticos de Washington y su determinación de continuar desarrollando su programa nuclear.
Aunque el gobierno norcoreano no ha respondido directamente a la disposición de Trump de retomar el diálogo, las críticas a Rubio y el fortalecimiento de su arsenal nuclear dejan en claro que Pyongyang no está dispuesto a ceder sin garantías concretas.
