El gobierno de Estados Unidos, bajo el liderazgo del presidente **Donald Trump**, anunció el arresto de 538 inmigrantes indocumentados y la deportación de cientos más, en lo que la Casa Blanca calificó como “la mayor operación masiva de deportación en la historia”. La secretaria de prensa, **Karoline Leavitt**, celebró la acción en la red social X (anteriormente Twitter), asegurando que esta medida representa el cumplimiento de las promesas de campaña de Trump.
**"Promesas hechas. Promesas cumplidas",** escribió Leavitt, al destacar que los migrantes fueron deportados en **aviones militares**, un detalle que ha generado amplias críticas por su simbolismo y el manejo de las expulsiones.
A pocos días de iniciar su segundo mandato, Trump declaró el estado de emergencia nacional en la frontera con México y firmó varios decretos migratorios. Entre estas medidas, destacó la reactivación del programa **“Quédate en México”**, que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en territorio mexicano mientras se procesan sus casos, una política ya implementada durante su primer mandato (2017-2021).
Además, Trump ordenó la suspensión de todos los programas que ofrecían vías legales para solicitar asilo, afectando principalmente a personas que huyen de la violencia en Centroamérica y Sudamérica. También firmó un decreto para restringir el derecho a la ciudadanía por nacimiento, aunque un juez federal de Seattle suspendió temporalmente esta orden.
La medida ha desatado indignación en diversos sectores. La vocera del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, **Ravina Shamdasani**, recordó que el derecho a buscar asilo es un **derecho humano universalmente reconocido**, aunque los países tengan derecho a ejercer control en sus fronteras.
En Newark, Nueva Jersey, el alcalde demócrata **Ras Baraka** denunció acciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), acusando a los agentes de realizar allanamientos sin órdenes judiciales y detener no solo a residentes indocumentados, sino también a ciudadanos estadounidenses, incluido un veterano del ejército. **"Esto es una violación flagrante de la Constitución",** declaró Baraka, calificando los hechos como un “acto atroz”.
Durante su campaña y en su discurso oficial, Trump ha utilizado términos como **“invasión”** para describir la llegada de migrantes sin documentos. Incluso llegó a acusar a estas personas de “envenenar la sangre” del país, una declaración que ha sido señalada como xenófoba y alarmante por múltiples organizaciones y líderes internacionales.
Estas acciones y decretos también podrían tener implicaciones económicas significativas. Expertos han advertido que políticas como la clasificación de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas y el endurecimiento de las leyes migratorias podrían afectar la relación comercial con México, disuadir la inversión extranjera e incluso reducir el flujo de remesas enviadas por migrantes.
Mientras tanto, las críticas hacia Trump y su administración crecen, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, con señalamientos sobre posibles violaciones a los derechos humanos y la erosión de los valores fundamentales consagrados en la Constitución estadounidense.