Este martes, las fuerzas de seguridad mexicanas lograron un contundente golpe contra el grupo criminal conocido como "Los Chapitos", tras la captura de dos de sus principales operadores en Sinaloa.
Paul Alexander Martínez Barraza y Karla Alejandra Arámbula Castellanos fueron detenidos en un operativo conjunto realizado por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, y la Marina en la ciudad de Culiacán. Ambos enfrentan órdenes de aprehensión por delitos de delincuencia organizada, con fines de cometer Delitos Contra la Salud y Tráfico de Armas.
De acuerdo con las investigaciones del Centro Nacional de Inteligencia y la Subsecretaría de Investigación, Martínez Barraza es identificado como un operador clave de "Los Chapitos", una célula del Cártel del Pacífico. Su rol incluye el suministro de armas y drogas a sicarios de la organización, así como la planificación de actos violentos en la región.
Entre sus actividades recientes, se detectaron planes para ejecutar ataques con artefactos explosivos improvisados contra inmuebles públicos en la zona de Eldorado, además del intento de homicidio del propietario de un comercio local. También se le atribuye la orquestación de una agresión contra una célula rival, "Los Mayos", en el mismo municipio.
Por su parte, Karla Alejandra Arámbula Castellanos, considerada una colaboradora cercana de Martínez Barraza, se desempeñaba como encargada de la distribución de drogas y actuaba como persona de confianza de otros operadores del Cártel del Pacífico.
Ambos detenidos estaban vinculados con Raúl Carrasco Lechuga, quien fuera líder operativo del Cártel del Pacífico hasta su muerte en un enfrentamiento el 23 de junio de 2024. Carrasco Lechuga encabezaba actividades criminales en la región y mantenía un control significativo sobre las operaciones de "Los Chapitos".
Las capturas representan un importante avance en los esfuerzos por debilitar las estructuras criminales en Sinaloa. Según fuentes oficiales, este operativo forma parte de una estrategia integral para desarticular las redes de apoyo logístico y operativo del cártel.
Con esta acción, las autoridades buscan enviar un mensaje contundente sobre su compromiso en la lucha contra el crimen organizado, un desafío persistente en una de las regiones más afectadas por la violencia del narcotráfico en México.
