El bicarbonato de sodio, conocido por su versatilidad, ha ganado fama como una alternativa natural a los productos de limpieza convencionales. Desde consejos de la vieja escuela hasta videos virales, se le atribuyen múltiples beneficios, pero ¿realmente puede sustituir a los limpiadores comerciales?
Según el químico **Nathan Kilah** de la Universidad de Tasmania, el poder del bicarbonato radica en su naturaleza alcalina, que le permite reaccionar con materiales ácidos. Esto lo hace eficaz para neutralizar olores o eliminar ciertos tipos de suciedad. Sin embargo, su efectividad tiene límites.
Por ejemplo, el bicarbonato no es útil para limpiar depósitos de cal, tarea en la que un ácido como el vinagre es más eficaz. Además, la popular mezcla de bicarbonato con vinagre genera efervescencia, lo que muchos interpretan como una limpieza profunda. En realidad, ambas sustancias se neutralizan entre sí, reduciendo su capacidad limpiadora.
Un argumento común a favor del bicarbonato es su menor impacto ambiental comparado con los productos comerciales. Kilah explica que, aunque su producción requiere energía, su huella ecológica es más baja, especialmente frente a detergentes líquidos que suelen venir en envases plásticos y liberar químicos dañinos.
Sin embargo, el químico italiano **Dario Bressanini** advierte que el bicarbonato no puede igualar la eficacia de los limpiadores comerciales en tareas como eliminar grasa o desinfectar, ya que estos contienen tensioactivos diseñados específicamente para esas funciones.
Más allá del bicarbonato, los expertos subrayan la importancia de usar cualquier producto de manera moderada y responsable. Evitar mezclas peligrosas y optar por alternativas menos contaminantes son pasos esenciales para minimizar el impacto ambiental.
La investigadora **Rachael Wakefield-Rann**, de la Universidad Tecnológica de Sídney, sugiere replantear nuestra relación con la limpieza. Apunta que muchos productos modernos están diseñados para matar gérmenes indiscriminadamente, lo que podría afectar negativamente las comunidades microbianas saludables en nuestros hogares. Métodos más suaves, como el uso de vinagre, podrían mantener un equilibrio microbiano más beneficioso.
Aunque el bicarbonato tiene su lugar en el cuidado del hogar, no es la solución universal que muchos imaginan. Su uso puntual, combinado con métodos más sostenibles y responsables, puede mantener los espacios limpios sin comprometer la salud del medio ambiente ni la de las personas.
Adoptar una perspectiva más consciente hacia la limpieza, basada en el equilibrio y la moderación, es el verdadero cambio que nuestros hogares y el planeta necesitan.