La fresa, conocida por su sabor dulce y ácido, no solo es un fruto versátil en la cocina, sino también un aliado para el bienestar del cuerpo. Fácilmente disponible en mercados, su consumo regular puede ofrecer numerosos beneficios, según destacan expertos de la Academia Española de Nutrición y Dietética.
Con solo 36 calorías por cada 100 gramos (equivalente a cinco o seis piezas), las fresas son una excelente opción para quienes buscan mantener un equilibrio calórico mientras disfrutan de un snack saludable y saciante.
Aunque los cítricos suelen llevarse el crédito, las fresas también contienen una cantidad significativa de vitamina C. Este nutriente refuerza el sistema inmunológico, mejora la absorción de hierro y contribuye al bienestar general del cuerpo, convirtiéndolas en un complemento ideal para una dieta balanceada.
El manganeso presente en las fresas favorece el metabolismo energético, fortalece los huesos y protege las células del daño oxidativo, según explica Manuel Moñino Gómez, miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética. Además, este fruto es rico en folatos, un compuesto esencial para las mujeres embarazadas.
“Los folatos contribuyen al crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo, a la función psicológica normal y al funcionamiento del sistema inmunitario”, señaló Moñino.
A pesar de sus beneficios, es importante prestar atención a posibles alergias. La intolerancia a las fresas puede manifestarse con síntomas como hinchazón, problemas respiratorios o comezón. Ante cualquier reacción adversa, se recomienda consultar a un especialista.
Incluir fresas en la dieta diaria no solo agrega un toque de sabor, sino que también puede mejorar la salud y el bienestar, siempre con moderación y precaución ante posibles alergias.