El hígado graso no alcohólico (EHGNA) afecta al 20-30% de la población mundial, según datos de 2022. Este trastorno, que tiene una mayor prevalencia en hombres y aumenta con la edad, está relacionado con factores como el sobrepeso, la obesidad, la vida sedentaria y dietas inadecuadas.
El hígado, encargado de metabolizar las grasas, puede inflamarse y sufrir daño celular si estas se acumulan en exceso. Esta condición puede avanzar de manera silenciosa y derivar en problemas graves como cirrosis o cáncer hepático.
Expertos señalan que las personas con hígado graso deben ajustar su dieta para prevenir complicaciones. Entre los alimentos que deben moderarse están:
- **Carnes rojas y embutidos**: Altos en grasas saturadas, favorecen la acumulación de grasa en el hígado.
- **Jugos y licuados de frutas**: Aunque naturales, carecen de fibra y provocan picos de glucosa debido a su alto contenido de azúcares.
- **Alimentos con alto índice glucémico**: Según la revista *Nutrición Clínica en Medicina*, reducir hidratos de carbono de rápida absorción es esencial para prevenir y manejar la enfermedad.
- **Sal en exceso**: Un estudio de la Universidad de Jinan (China) indica que un consumo elevado puede alterar las células hepáticas.
Adoptar una dieta balanceada, rica en frutas, verduras y proteínas magras, junto con actividad física regular, es fundamental para controlar y revertir el EHGNA. Los especialistas enfatizan la importancia de evaluar la dieta de cada persona para adaptarla a sus necesidades individuales y evitar la progresión de la enfermedad.
La creciente prevalencia del hígado graso no alcohólico subraya la necesidad de mayor conciencia sobre la importancia de la alimentación y un estilo de vida saludable para proteger este órgano vital.