En una noche llena de intensidad, polémica y emociones al límite, Tigres le dio la vuelta a Monterrey y se quedó con una vibrante edición del Clásico Regio tras imponerse 2-1 en el Estadio Universitario. A pesar de ir abajo en el marcador y jugar con un hombre menos durante gran parte del segundo tiempo, los felinos resurgieron en los últimos minutos para arrebatarle la victoria a Rayados.

El partido arrancó con fuerte ritmo desde el inicio. Juan Brunetta estuvo cerca de abrir el marcador al minuto 7 con un potente disparo que se estrelló en el larguero. Por su parte, Rayados respondió con llegadas de Germán Berterame y Sergio Ramos, pero Nahuel Guzmán mostró seguridad bajo los tres postes.

Aunque ambos equipos buscaron el gol en la primera parte, el marcador no se movió. Las tarjetas amarillas comenzaron a caer, entre ellas para Ramos, Diego Lainez y Javier Aquino, lo que anticipaba una segunda mitad llena de tensión.

Apenas comenzando el segundo tiempo, Monterrey se puso en ventaja tras un penal cometido sobre Nelson Deossa, que fue ejecutado con autoridad por Sergio Ramos. Sin embargo, lo que parecía un impulso para Rayados se complicó con una seguidilla de decisiones arbitrales y expulsiones.

Tigres se quedó con diez hombres al minuto 60 tras la segunda amarilla a Diego Lainez, lo que ponía cuesta arriba el panorama para los locales. Aun así, el técnico Robert Dante Siboldi movió sus piezas y mandó al campo a Sebastián Córdova y Marcelo Flores, quienes fueron determinantes en el desenlace.

Monterrey no supo aprovechar su superioridad numérica y al minuto 73 también vio reducida su plantilla por la expulsión de Germán Berterame, seguida por una tarjeta roja para Óliver Torres tras una trifulca en medio del juego caliente.

Cuando todo apuntaba a una victoria de Rayados, Sebastián Córdova apareció al minuto 90 con un magistral tiro libre que venció a Esteban Andrada y encendió el Volcán. Y en el tiempo agregado, Nicolás Ibáñez completó la remontada con un certero cabezazo tras un centro perfecto de Fernando Gorriarán, desatando la locura en la afición auriazul.

Con esta victoria, Tigres reafirma su dominio en casa y deja a Rayados herido y vulnerable, aún dentro del play-in pero sin margen de error en la recta final del torneo. La derrota también pone presión sobre el equipo dirigido por Fernando Ortiz, que dejó escapar una ventaja clave en uno de los partidos más importantes del calendario.

Mientras tanto, los felinos celebran una remontada épica que alimenta sus aspiraciones rumbo a la liguilla.