En los últimos años, la Ciudad de México se ha convertido en un punto de asentamiento para miles de migrantes que, en el pasado, buscaban llegar a Estados Unidos. Actualmente, alrededor de **3 mil personas** viven en campamentos improvisados en diversas zonas de la capital, enfrentando condiciones difíciles mientras intentan integrarse y encontrar estabilidad.
El flujo de migrantes hacia Estados Unidos cambió drásticamente tras las políticas restrictivas implementadas por la administración de **Donald Trump**, como la cancelación del programa de asilo y la deportación masiva. Además, el cierre de la aplicación **CBP One**, que facilitaba las solicitudes de ingreso legal a EE. UU., dejó a muchos migrantes varados en México. Para algunos, quedarse en la Ciudad de México no fue un plan, sino una necesidad.
En la capital, los migrantes han establecido tres principales campamentos:
- **Plaza de la Soledad, La Merced**: Hogar para unas 500 personas, este campamento utiliza materiales improvisados como cartón, plástico y madera. Migrantes han instalado pequeñas tiendas para vender comida, adaptándose a las necesidades diarias.
- **Eje Central, cerca de la Central de Autobuses del Norte**: Con unas 500 personas viviendo en espacios reducidos y sin acceso a servicios básicos, este campamento enfrenta temperaturas extremas. A pesar de las dificultades, **Anthony**, un migrante venezolano, asegura: “Aquí no estamos tan seguros ni tranquilos, pero tenemos como un techo”.
- **Zona industrial de Vallejo, Gustavo A. Madero**: Alrededor de 300 familias han levantado viviendas con lonas y madera. Algunos, como **Jordan**, un colombiano que instaló una barbería, han comenzado pequeños negocios. “Uno venía aquí de paso, pero la situación ha cambiado”, explicó.
De acuerdo con datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (**Acnur**), el **49% de los migrantes** en campamentos considera a México su destino final, mientras que el **32% lleva más de seis meses** viviendo en la Ciudad de México. Sin embargo, las condiciones de los refugios y la falta de políticas públicas integrales han complicado su integración.
En 2023, el gobierno capitalino abrió un refugio temporal en **Tláhuac**, pero este cerró siete meses después debido al hacinamiento. Mientras tanto, organizaciones como **Casa del Migrante en Iztapalapa** han asumido parte de la responsabilidad, brindando alojamiento y servicios básicos.
Algunos migrantes han comenzado a describir su permanencia en México como el “sueño mexicano”. Además de buscar regularizar su situación migratoria, muchos intentan inscribir a sus hijos en escuelas locales. Sin embargo, la convivencia con los vecinos no siempre ha sido fácil, generando tensiones en algunas comunidades.
**Eunice Rendón**, coordinadora de Agenda Migrante, subrayó la importancia de crear soluciones sostenibles:
“Es importante que existan opciones realistas que consideren el empleo temporal y la integración local”.
El reto para la Ciudad de México es garantizar condiciones dignas para los migrantes mientras se implementan estrategias que promuevan su inclusión en la sociedad y en el mercado laboral. Convertir este fenómeno en una oportunidad de crecimiento es una tarea que, con la colaboración de gobierno y sociedad civil, puede beneficiar a todos.