Cientos de personas vestidas de blanco tomaron las calles de Culiacán este jueves 23 de enero para exigir justicia por el asesinato de **Gael y Alexander**, de 12 y 9 años respectivamente, quienes murieron junto a su padre en un ataque armado al norte del municipio. La indignación por el crimen llevó a los manifestantes a irrumpir en el Ayuntamiento, donde destrozaron oficinas en un intento de confrontar al gobernador Rubén Rocha Moya, quien no se presentó ante los ciudadanos.
Con consignas como **“¡Fuera Rocha!”** y **“¡Justicia!”**, los manifestantes recorrieron la calle Álvaro Obregón, una de las principales vías de la ciudad, portando pancartas con mensajes de paz y exigencias de destitución de funcionarios responsables de la seguridad.
El ataque que provocó la movilización ocurrió cuando **Antonio** y sus hijos viajaban en auto por la zona norte de Culiacán. Fueron interceptados por sujetos armados que intentaron robarles el vehículo; al no lograrlo, los agresores abrieron fuego, asesinándolos en el acto.
El secretario de Seguridad Pública estatal, **Óscar Rentería Schazarino**, generó controversia al justificar el ataque al señalar que los agresores **“no alcanzaron a verlos”** debido a los vidrios polarizados del vehículo de las víctimas. Estas declaraciones, lejos de calmar los ánimos, avivaron el enojo de la ciudadanía.
Ante la creciente presión, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana federal atrajo la investigación del caso, trabajando en conjunto con la Fiscalía General de Sinaloa. Según el secretario general de Gobierno, **Feliciano Castro Meléndrez**, el personal federal ya se encuentra en la región atendiendo el caso.
“No habrá represalias contra los manifestantes que irrumpieron en el Ayuntamiento. Entendemos el dolor y la indignación de las familias”, aseguró Castro Meléndrez.
El doble homicidio de los niños y su padre es solo uno de los muchos casos que han conmocionado a Sinaloa en los últimos meses. Desde que se intensificó la guerra entre los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, se han registrado **más de 500 homicidios y cientos de desapariciones**, según cifras oficiales.
La violencia también ha impactado la economía y la vida diaria de los habitantes. Comercios, restaurantes y escuelas han cerrado sus puertas ante la falta de seguridad. Aunque se han desplegado operativos federales y estatales, los homicidios y enfrentamientos armados continúan sin tregua.
Los ciudadanos de Culiacán claman por justicia para Gael, Alexander y Antonio, así como por un alto a la violencia que ha asfixiado a su comunidad. La pregunta que persiste es si las autoridades serán capaces de restaurar la paz en una región marcada por el dolor y el miedo.