Un poderoso terremoto de magnitud 7,1 sacudió la madrugada de este martes la ciudad sagrada de Shigatse, en el Tíbet, dejando un trágico saldo de al menos 126 muertos y 174 heridos. El sismo, que se sintió en países vecinos como Nepal e India, ha dejado a la región sumida en el caos y la desesperación.
Imágenes desgarradoras muestran casas reducidas a escombros, edificios históricos dañados y equipos de rescate trabajando incansablemente en busca de sobrevivientes. La histórica ciudad de Shigatse, sede del Panchen Lama y un importante centro espiritual y turístico, ha sufrido daños catastróficos.
El suministro de agua y electricidad se ha visto interrumpido en amplias zonas, lo que agrava la situación de los afectados. Las autoridades han iniciado la distribución de ayuda humanitaria, incluyendo mantas y alimentos, mientras que todas las visitas turísticas al Monte Everest han sido suspendidas como medida de precaución.
El presidente chino, Xi Jinping, ha ordenado la movilización de todos los recursos disponibles para atender la emergencia y minimizar las pérdidas humanas. Equipos de rescate continúan trabajando sin descanso en la zona, que permanece en alerta ante posibles réplicas.
"Sentí como si incluso la cama se estuviera levantando", relató un residente local al medio chino Fengmian News, describiendo la intensidad del sismo.
El Dalai Lama, líder espiritual tibetano, expresó su profundo pesar por la tragedia y ofreció sus oraciones por las víctimas. "Esta pérdida de vidas es desgarradora", afirmó Su Santidad.
La región, conocida por su alta actividad sísmica, guarda el doloroso recuerdo del devastador terremoto de 2015 en Nepal. Este nuevo desastre ha revivido el temor en la población, especialmente en países vecinos como Nepal, donde los habitantes aún sienten el impacto del terremoto anterior.
"Hoy no fue tan aterrador como en 2015, pero tengo miedo de que otro gran terremoto nos golpee y quedemos atrapados entre edificios altos", compartió Manju Neupane, comerciante en Katmandú, con la BBC.
La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con el pueblo tibetano y ha ofrecido ayuda en las labores de rescate y reconstrucción. Shigatse enfrenta ahora un largo camino hacia la recuperación, mientras la comunidad global se une para brindar apoyo a los afectados por esta tragedia.