A pocos días de iniciar diciembre, miles de familias ya han comenzado a decorar sus hogares con luces, adornos y elementos festivos, aunque muchas aún no han colocado el tradicional árbol de Navidad. ¿Por qué sucede esto? La respuesta está en las diversas tradiciones y costumbres que rodean esta emblemática práctica.

En muchas culturas cristianas, la fecha para colocar el árbol de Navidad está ligada al inicio del Adviento, que este año comenzará el domingo 1 de diciembre. Esta temporada litúrgica marca la preparación espiritual para la Navidad, convirtiéndose en una referencia para miles de familias que eligen este momento para adornar sus hogares.

En México, otra fecha significativa es el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, tras el cual muchas familias comienzan los preparativos navideños. Por otro lado, en países como España, es común esperar hasta el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, para colocar el árbol y decorar la casa.

En Estados Unidos y algunos países que celebran el Día de Acción de Gracias, la colocación del árbol suele realizarse inmediatamente después de esta festividad, que ocurre el cuarto jueves de noviembre. Este momento marca el inicio no oficial de la temporada festiva en la cultura estadounidense.

Aunque no hay reglas estrictas, una tradición ampliamente aceptada es retirar el árbol después del 6 de enero, Día de Reyes, que señala el final de las celebraciones navideñas.

La colocación del árbol de Navidad varía según tradiciones familiares, contextos culturales y creencias religiosas. Ya sea siguiendo el calendario litúrgico, esperando fechas específicas o simplemente adaptándose al tiempo disponible, el árbol de Navidad sigue siendo un símbolo universal que une a las familias en esta época del año.

Sin importar cuándo lo coloques, lo importante es disfrutar el espíritu de unión y esperanza que esta tradición representa.