En un mundo cada vez más impulsado por el progreso tecnológico, las universidades tienen la misión de defender las humanidades como una brújula ética y social para enfrentar los retos contemporáneos. Este fue el consenso al que llegaron rectoras y rectores de México y España durante la mesa redonda “FIL Pensamiento. La Universidad del Futuro” en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), subrayó la relevancia de las humanidades para abordar la insatisfacción política y social global, que ha derivado en “salidas falsas” que amenazan los avances democráticos. También destacó que las universidades deben formar estudiantes capaces de resolver problemas complejos con equipos interdisciplinarios, como ocurrió durante la pandemia, cuando las decisiones críticas dependieron de perspectivas científicas, sociales y humanísticas.
Ricardo Villanueva Lomelí, rector de la Universidad de Guadalajara, enfatizó la pérdida del monopolio del conocimiento por parte de las universidades frente a gigantes tecnológicos como Microsoft o Google. Sin embargo, hizo un llamado a priorizar la formación ética y humanista. “Podemos enseñar a alguien a programar en ocho meses, pero necesitamos años para formar seres humanos que respeten la vida y comprendan su valor”, afirmó.
María Vicenta Mestre Escrivà, rectora de la Universidad de Valencia, resaltó la necesidad de que las instituciones se adapten a la rapidez de los cambios sociales y tecnológicos sin abandonar su misión principal: generar conocimiento y formar profesionales con valores. “No podemos sacrificar el humanismo. Sin ética ni derechos humanos, no hay futuro sostenible”, afirmó, citando al escritor Miguel Delibes: *“Que paren la Tierra, que me apeo”*.
Joan Guàrdia Olmos, rector de la Universidad de Barcelona, describió a las universidades como faros de conocimiento en un “momento de tránsito” global, y aseguró que su responsabilidad es iluminar los caminos del futuro, dejando a otros la tarea de regular su aplicación.
Por su parte, Silvia Giorguli Saucedo, presidenta de El Colegio de México, destacó la importancia de actualizar los planes de estudio para incorporar la tecnología sin perder de vista el pensamiento crítico, la equidad y la justicia social. “Las universidades son una inversión segura para el futuro de nuestras sociedades”, concluyó.
En un contexto donde la tecnología promete soluciones rápidas, pero carece de perspectiva ética, las universidades enfrentan el desafío de mantener el equilibrio entre innovación y valores. La apuesta por las humanidades y la ética no solo garantiza una sociedad más justa, sino que también asegura que los avances tecnológicos estén al servicio del bien común.
La misión es clara: formar personas integrales que no solo dominen herramientas modernas, sino que también comprendan el impacto de sus decisiones en un mundo cada vez más interconectado.