Bañarse es una práctica esencial para la higiene personal, proporcionando beneficios que van más allá de la limpieza superficial. Al bañarse con regularidad, se eliminan el sudor, la suciedad y los residuos, lo que contribuye a prevenir infecciones y a mantener la piel en buenas condiciones. Además, el baño puede servir como un momento de relajación y revitalización mental.

Sin embargo, la mayoría de las personas tienen el hábito de bañarse todos los días, lo cual, según expertos, podría no ser lo más recomendable. Ariel Vilchis Reyes, académico del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la UNAM, afirma que una persona debería bañarse dos o tres veces por semana. En climas cálidos o para quienes sudan mucho, se recomienda bañarse hasta dos veces al día.

La piel contiene componentes lipídicos que forman una capa protectora contra agentes externos. Bañarse diariamente podría eliminar esta capa, aumentando el riesgo de dermatitis, celulitis u otras infecciones dermatológicas. Además, lavarse el cabello con demasiada frecuencia puede causar deshidratación, haciéndolo quebradizo, con puntas abiertas y propenso a la caída. Para preservar la salud del cuero cabelludo y fomentar un crecimiento capilar sano, se recomienda lavarse el cabello cada tercer día.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también sugiere que lo más beneficioso sería bañarse cada tercer día. Asegurar una higiene adecuada en áreas como las axilas, ingles y pies, donde la sudoración es más intensa y puede causar malos olores, es crucial para mantener una buena higiene sin necesidad de ducharse a diario.

Además de los beneficios físicos, muchas personas descubren que tomar un baño antes de acostarse mejora la calidad del sueño, ya que el cambio en la temperatura corporal promueve la relajación. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio para evitar los posibles efectos negativos de un baño diario.

En resumen, aunque el baño diario es una práctica común, los expertos sugieren reconsiderar su frecuencia para proteger mejor la piel y el cabello, y mantener una higiene saludable sin comprometer la barrera protectora natural del cuerpo.