Un acto de crueldad animal que conmocionó a Rusia tuvo un final inesperado y feliz. Musia, una gata que habitaba el castillo Nido de Golondrina en Crimea, fue arrojada desde un acantilado de 40 metros, pero sobrevivió milagrosamente.

Las cámaras de seguridad captaron el momento en que un hombre arrojó a Musia al mar Negro, generando indignación y preocupación por el destino de la felina. Sin embargo, dos días después, voluntarios la encontraron con vida en unas rocas cercanas, maullando en busca de ayuda.

Rescatistas utilizaron equipo de alpinismo para sacar a Musia del lugar, y un chequeo veterinario confirmó que no sufrió lesiones graves. Su resistencia sorprendió a los expertos, quienes la atribuyeron a su cuerpo robusto.

Musia se encuentra en recuperación, aunque presenta problemas hepáticos derivados del estrés y la falta de alimento. Su historia llegó a oídos de Móstik, un famoso gato que "inauguró" el puente de Crimea, quien le deseó pronta recuperación.

Las autoridades de Yalta sometieron a votación el futuro de Musia, y la mayoría de los participantes prefiere que sea adoptada por una familia.

El agresor, un joven de 24 años de San Petersburgo, fue detenido y enfrenta hasta tres años de cárcel por maltrato animal. Alegó que la gata intentó zafarse de sus brazos, pero su versión no fue creída por las autoridades. Actualmente, se encuentra en un centro psiquiátrico para evaluaciones médicas.