El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, habría amenazado a altos mandos militares mexicanos con una posible acción unilateral del Ejército de Estados Unidos si México no actuaba contra la colusión de funcionarios con los cárteles del narcotráfico, según reportes del Wall Street Journal.
De acuerdo con fuentes citadas por el diario neoyorquino, la advertencia ocurrió en una llamada telefónica el 31 de enero, donde Hegseth aseguró que Washington estaba listo para intervenir sin el consentimiento de México si el problema no se abordaba. Los mandos mexicanos presentes en la llamada reaccionaron con sorpresa y enojo, interpretando el mensaje como una amenaza de una posible incursión militar estadounidense en territorio nacional.
El 1 de febrero, el Pentágono emitió un comunicado oficial en el que confirmó que Hegseth sostuvo dos llamadas con sus homólogos mexicanos, el Secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Revilla, y el Secretario de Marina, Raymundo Morales. Sin embargo, en la versión oficial no se mencionó ninguna amenaza de intervención militar.
El comunicado destacó que la principal prioridad de Hegseth es la protección de los ciudadanos estadounidenses y la cooperación en seguridad con México.
Pocos días después de la llamada, el gobierno mexicano aplicó la Ley de Seguridad Nacional a petición de Estados Unidos y trasladó a 29 narcotraficantes de alto perfil, considerados una amenaza para la seguridad de ambos países.
El fiscal general de México, Alejandro Gertz Manero, informó que el operativo contó con 3,512 elementos de seguridad, 342 vehículos y 20 aeronaves de diversas dependencias, incluyendo la SEDENA, SEMAR, Guardia Nacional y la FGR.
Entre los criminales extraditados destacan:
• Omar y Miguel Ángel Treviño Morales, exlíderes del Cártel de Los Zetas.
• José “El Chango” Méndez, fundador de Los Caballeros Templarios.
• Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara y del Cártel de Caborca.
• Miembros de alto nivel del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Sinaloa y Cártel del Golfo.
Las autoridades mexicanas han asegurado que estos individuos representaban una grave amenaza para la seguridad nacional, por su involucramiento en actividades delictivas como tráfico de drogas, homicidios, secuestros y lavado de dinero.
La extradición masiva y la supuesta advertencia del Pentágono han incrementado la tensión en la relación bilateral, en un momento clave de cooperación en materia de seguridad.
