Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, regresó discretamente a su Australia natal este miércoles, luego de llegar a un acuerdo de libertad con la justicia estadounidense tras 14 años desde la mayor filtración de documentos clasificados de Estados Unidos. Su retorno marca el fin de una larga saga legal que lo llevó desde Londres hasta las Islas Marianas del Norte antes de llegar a su destino final.

Assange, de 52 años, aterrizó en el aeropuerto internacional de Camberra en un vuelo chárter después de un viaje que incluyó una parada técnica en Bangkok y una breve comparecencia en Islas Marianas del Norte. Vestido con un traje oscuro y saludando con gestos de puño en alto, fue recibido en la pista por su esposa, Stella Assange, y su padre, John Shipton.

A pesar de las expectativas de una declaración pública, Assange optó por mantener un perfil bajo y no habló durante la rueda de prensa programada tras su llegada. En su lugar, su esposa tomó la palabra, solicitando privacidad para permitir que la familia se ajuste a su nueva situación y Assange se recupere de sus años de confinamiento y restricciones.

"Julian quería estar aquí hoy, pero me ha pedido que yo lo haga (...) Necesita tiempo, necesita recuperarse", expresó Stella Assange en una pequeña sala del East Hotel de Camberra, donde se congregaron más de un centenar de periodistas.

Julian Assange y Stella se conocieron durante su estancia en la Embajada de Ecuador en Londres entre 2012 y 2019, durante la cual tuvieron dos hijos. Assange pasó los últimos cinco años en una cárcel británica antes de este retorno a Australia, marcando un nuevo capítulo en su vida después de años de litigios y disputas legales.