Por: Angel Cabrera

Bajando la cortina de humo
Con un preciso insecto amenazante en la pared
Precioso es el recuerdo que se escapa de mi mano
Directo y escondido en un ventarrón
Como si un enigma incauto e indefinido
Viniera a agazapar la vela
Y desnudara túnica palabra
Tu palabra como un caracol abierto que muestra sus venas
La única luz quebrante en la mirada
Pero menos taciturna en la morada
Aun cuando no quisiste lo quisiste
Desde un primer vuelo
Que vino con las lágrimas.

También te tengo
Pero solo me encuentro con un nombre
Sin tiempos
Sin laberintos
Traído de la piel más mansa como la de un animal doméstico
No queda más que una palabra sobre el fuego
Llenando mis pulmones
El rio de piedras
Y al tiempo terminado contigo
Sobraron todos los detalles
Los besos incoloros
El llanto le ganó al mar
El silencio le ganó a la noche
Y bajo un deseo hiervo
Y te siento en el agua
Como la gota más cobarde saliéndose del vaso
Como la proa de un barco escapando del naufragio
Como un fruto que quiere la libertad del pasto
Ese que cae después de que ve su muerte
Como un futuro que quiere...
Que se le olvida su forma en un par de días
Cuando dejabas de jugar a las mentiras
Con un alambique en la mano y una cucharada en los labios

Con las venas en el pecho y un rosal de espinas en la espalda
Con ese amor que se desangra como un cordero
Apenas quedó un vestigio tuyo
Que vuela y que se esconde entre los párpados
Qué vuela y escupe pájaros
Para no quedar inmóvil
Me entrego a los más voraces días que nos dimos:
Otra furia
Otra marea
Vendrán para guiarme
Labrarán el tacto y el ensueño
Me abrazarán el estupor más frio
Y me dirán la realidad de nuestros nombres
Y medirán la realidad...
Con el secreto del aire
Con el decreto del tiempo
¡Que vengan a nuestros labios y se encimen!
¡Para encontrarse nunca!
Mis penas con tus penas
Que ahora se defienden
Quizás porque te quiero.