Stephen Curry, considerado por muchos como el mayor ídolo en la historia de los Golden State Warriors, comienza a trazar su camino más allá de las duelas. Con cuatro campeonatos de la NBA, dos premios MVP y una carrera que redefinió el juego moderno, Curry dejó claro en una reciente entrevista con CNBC que su legado podría extenderse desde la cancha hacia los despachos.

A sus 37 años, el base estelar aún mantiene un nivel de élite. En la temporada 2024-25, promedió 24.4 puntos por partido en 70 juegos, consolidándose como el máximo anotador de su equipo y liderándolos hasta las semifinales de la Conferencia Oeste. No obstante, ya empieza a pensar en lo que vendrá una vez que se retire del baloncesto profesional.

“Él es el único de nuestra generación que ha estado en esa posición y lo ha hecho bien”, dijo Curry, refiriéndose a Michael Jordan y su rol como propietario de los Charlotte Hornets. Más que un papel simbólico, Curry aspira a tener un impacto activo en la gestión de una franquicia, desde la estrategia deportiva hasta las decisiones clave para ganar títulos.

A diferencia de otros exjugadores, Curry no busca un asiento honorífico. Su visión está enfocada en convertirse en un líder ejecutivo, un arquitecto del éxito de una organización deportiva, tal como lo hizo con la dinastía de los Warriors en la última década.

Por ahora, el número 30 seguirá en la cancha al menos dos temporadas más, ya que su contrato con Golden State está vigente hasta 2026-27. La llegada de Jimmy Butler a mitad de la última campaña reforzó al equipo, aunque la falta de profundidad en la banca fue un factor determinante en su eliminación frente a los Minnesota Timberwolves. La posible salida de Jonathan Kuminga podría abrir espacio para reforzar esa área.

Mientras tanto, los fanáticos de la NBA y de los Warriors aún tienen tiempo para disfrutar de Curry en acción, aunque la leyenda ya comienza a pensar en cómo continuar su legado desde otro ángulo del juego.