La increíble forma en que Beethoven componía, a pesar de su sordera

La increíble forma en que Beethoven componía, a pesar de su sordera

Una de las preguntas más intrigantes de la historia de la música es cómo Ludwig van Beethoven, uno de los compositores más influyentes de todos los tiempos, logró crear algunas de sus obras maestras cuando ya no podía oír absolutamente nada. Su historia es una prueba del poder de la memoria, la técnica y la conexión emocional con el arte.

Beethoven comenzó a perder la audición a los 28 años, y hacia el final de su vida estaba completamente sordo. No obstante, durante esos años de silencio físico, compuso algunas de sus obras más legendarias, entre ellas la Novena Sinfonía, que escribió sin poder escuchar una sola nota de lo que creaba.

El secreto de su genialidad radicó en su profundo entrenamiento musical previo, su memoria auditiva excepcional y su inigualable capacidad de visualización sonora. Beethoven conocía a la perfección el timbre y el comportamiento de cada instrumento de orquesta. En su mente, podía “escuchar” las melodías, armonías y texturas con una precisión sorprendente.

Además, usaba herramientas para compensar su sordera. Se comunicaba con otras personas mediante cuadernos de conversación y desarrollaba sus obras en cuadernos de bocetos musicales, donde corregía, reorganizaba y perfeccionaba compases enteros. Para “sentir” la música, apoyaba una varilla de metal entre sus dientes y el piano, lo que le permitía captar las vibraciones a través del cráneo, una forma primitiva pero efectiva de conducción ósea.

Este fenómeno no es exclusivo de Beethoven. La percusionista escocesa Evelyn Glennie, sorda desde los 12 años, explicó en su charla TED “Cómo escuchar de verdad” que la clave está en comprender que el cuerpo entero puede convertirse en un instrumento de escucha. “Todo mi cuerpo es una cámara de resonancia”, dijo Glennie, demostrando que la música va más allá del oído: se siente, se interpreta y se vive en todo el ser.

La vida de Beethoven no solo cambió el rumbo de la música clásica, también sigue inspirando a generaciones de artistas y oyentes al demostrar que la verdadera música no necesita ser oída, sino comprendida desde adentro.



Deja un comentario