El pitcher de los Dodgers de Los Ángeles, Bobby Miller, vivió un momento de angustia durante el juego de Spring Training contra los Cachorros de Chicago, al ser golpeado en la cabeza por una línea a gran velocidad.
El incidente ocurrió en la tercera entrada, cuando Michael Busch, primera base de los Cachorros, conectó un batazo a 106 mph que impactó directamente en la cabeza de Miller. El lanzador de 25 años cayó al suelo, mientras el personal médico ingresaba rápidamente para atenderlo.
A pesar de la fuerza del golpe, Miller mostró señales alentadoras al incorporarse y salir del campo por su propio pie, aunque con una visible marca roja en la frente.
Tras el partido, Miller recurrió a sus redes sociales para agradecer el apoyo recibido: "Gracias a todos los que me han escrito. Significa mucho para mí. Momento aterrador, pero estoy bien. Toda la gloria para el de arriba. No puedo esperar para volver al montículo", escribió en X.
El manager de los Dodgers, Dave Roberts, informó que Miller ha sido ingresado en el protocolo de conmociones y será monitoreado en los próximos días. "Fue un golpe fuerte y directo en la parte frontal de la cabeza. La pelota aún recorrió distancia tras el impacto, lo que indica lo sólido que fue el contacto. Afortunadamente, parece estar bien", comentó Roberts.
Max Muncy, infielder de los Dodgers, calificó el momento como "muy aterrador", pero destacó la actitud de Miller tras el golpe como una señal tranquilizadora para sus compañeros. "Afortunadamente, parecía que estaba bien. Cuando el entrenador salió y le preguntó si sabía dónde estaba, hizo una pequeña broma sobre lanzar una bola curva", relató Muncy.
Miller busca consolidarse en la rotación de los Dodgers para la próxima temporada, luego de un 2024 complicado. Su desempeño en el Spring Training ha sido clave para demostrar su valía en el equipo que busca defender su título de la Serie Mundial.