El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha desatado una nueva polémica internacional al sugerir que podría utilizar tropas brasileñas para "liberar" a Puerto Rico de lo que él considera la "colonización" estadounidense. Durante su intervención en la clausura del Festival Mundial Internacional Antifascista, Maduro expresó que esta iniciativa estaría inspirada en las ideas del libertador Simón Bolívar y mencionó al militar brasileño José Ignacio Abreu e Lima, quien luchó junto a Bolívar en la independencia de Venezuela.
El mandatario venezolano también afirmó que Venezuela, junto con Cuba y Nicaragua, estaría dispuesta a "tomar las armas" para defender la soberanía y la paz en caso de ser necesario.
Las declaraciones de Maduro se producen en un momento de creciente rechazo hacia su gobierno y de dudas sobre la legitimidad de las recientes elecciones en Venezuela. La situación interna del país, marcada por una crisis económica y una migración masiva, también alimenta las críticas a estas afirmaciones.
En respuesta, la gobernadora de Puerto Rico, Jenniffer González, calificó las palabras de Maduro como "una amenaza abierta a la seguridad nacional". En una carta dirigida al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, González solicitó medidas rápidas y contundentes, recordando la relevancia de Puerto Rico para la seguridad de Estados Unidos y su contribución a la historia militar del país.
La gobernadora destacó la importancia estratégica de Puerto Rico, que alberga instalaciones militares clave como Fort Buchanan y bases de la Guardia Nacional, y subrayó que el pueblo puertorriqueño ha expresado su deseo de fortalecer la unión con Estados Unidos mediante la estadidad, como lo demuestra el resultado del plebiscito celebrado el 5 de noviembre de 2024.
El discurso de Maduro ha sido ampliamente criticado dentro y fuera de Venezuela. La oposición calificó sus declaraciones como "desconectadas de la realidad" y un intento de desviar la atención de la grave crisis interna. A nivel internacional, la mayoría de los gobiernos ha optado por no responder directamente a la retórica del presidente venezolano, mientras que la capacidad de Venezuela para llevar a cabo una acción militar externa sigue siendo cuestionada debido a sus limitaciones económicas y logísticas.