En una acción que ha desatado opiniones divididas, dos activistas del grupo climático Just Stop Oil vandalizaron la tumba del célebre científico Charles Darwin en la Abadía de Westminster, Londres. La frase "1,5 ha muerto" fue escrita con pintura en aerosol sobre la lápida de mármol blanco, en referencia al límite de 1,5 grados centígrados establecido en el Acuerdo de París para contener el calentamiento global.
El acto se llevó a cabo este lunes por la mañana, y según los activistas, busca resaltar la gravedad de la crisis climática, denunciando que 2024 registró las temperaturas globales más altas de la historia, según estudios recientes.
Una de las activistas justificó la protesta afirmando: “Hemos superado el umbral de 1,5 grados que se suponía debía mantenernos a salvo. Darwin se revolvería en su tumba al saber que estamos en la sexta extinción masiva”. Con estas palabras, relacionaron la teoría de la evolución del científico con la amenaza a la supervivencia humana que representa el cambio climático.
Just Stop Oil, conocido por sus tácticas disruptivas, ha realizado múltiples protestas similares, incluyendo interrupciones en eventos deportivos, ataques a obras de arte y bloqueos de carreteras. Su objetivo principal es presionar al gobierno británico para que adopte medidas más severas contra el uso de combustibles fósiles.
El incidente en la Abadía de Westminster ha provocado reacciones polarizadas. Algunos defensores de la acción la ven como un acto necesario para visibilizar una crisis que pone en riesgo el futuro del planeta. Sin embargo, muchos otros critican la profanación de un lugar histórico y la tumba de un ícono científico como un exceso innecesario que daña la legitimidad de la causa.
Un representante de la Abadía de Westminster confirmó que ya se están tomando medidas para limpiar la tumba de Darwin y aseguró que no se prevén daños permanentes. Por su parte, las dos activistas fueron detenidas por la policía y permanecen en custodia, según reportó la BBC.
El incidente reaviva el debate sobre la efectividad de las protestas radicales. Mientras los activistas argumentan que estas acciones son necesarias para llamar la atención sobre una crisis existencial, los críticos insisten en que la violencia simbólica no es la solución para generar cambios.
El dilema de cómo abordar el cambio climático continúa polarizando a la sociedad, y las acciones como la de Just Stop Oil plantean la pregunta: ¿hasta dónde se debe llegar para salvar el planeta?