La última prueba del **Starship**, el megacohete de SpaceX diseñado para revolucionar la exploración espacial, terminó en llamas tras un intento fallido de amerizaje. Aunque el lanzamiento y la separación de las etapas se ejecutaron correctamente, la etapa superior y el propulsor **Super Heavy** explotaron al tocar el agua.
El evento, presenciado por el fundador de SpaceX, **Elon Musk**, y el presidente de Estados Unidos, **Donald Trump**, generó opiniones encontradas. Mientras Musk destacó los avances logrados, Trump calificó el lanzamiento como “algo hermoso de ver”, reafirmando su respaldo al proyecto.
El Starship despegó impulsado por 33 motores **Raptor**, completando una separación exitosa de sus etapas tras 3 minutos y 40 segundos de vuelo. La etapa superior continuó su trayecto espacial y logró encender uno de sus motores en el vacío, un paso crucial para futuros vuelos orbitales. Sin embargo, ambos componentes fallaron al regresar al océano, explotando al contacto con el agua.
El programa de pruebas del Starship ha sido una mezcla de éxitos parciales y fallas. Su primer vuelo en abril de 2023 terminó en autodestrucción por razones de seguridad. Desde entonces, SpaceX ha trabajado en mejorar las trayectorias y sistemas de aterrizaje.
Uno de los hitos más celebrados ocurrió cuando el propulsor Super Heavy fue atrapado con los brazos mecánicos de la plataforma **Mechazilla**, aunque el éxito se vio empañado por un estallido de llamas debido a una fuga de metano.
El objetivo final de Musk es desarrollar un cohete completamente reutilizable para misiones espaciales ambiciosas, incluidas las del programa **Artemis** de la NASA, que busca regresar a la Luna en 2026. SpaceX planea demostrar que Starship puede realizar alunizajes y regresar a la Tierra de manera segura, un requisito crucial para las misiones tripuladas.
Musk también ha prometido mejoras significativas en el diseño, como un nuevo escudo térmico y la eliminación de piezas no reutilizables.
La presencia de Trump en el evento subraya su cercanía con Musk, lo que ha generado preocupaciones entre algunos críticos. Temen que esta relación pueda influir en las decisiones regulatorias o en los contratos de SpaceX con la **NASA** y el Pentágono. Sin embargo, Musk mantiene su enfoque en la exploración espacial, apuntando a la colonización de Marte como su gran meta.
A pesar de los desafíos, la prueba más reciente del Starship demuestra avances significativos hacia el desarrollo de un sistema de transporte espacial completamente reutilizable. Con más pruebas en el horizonte, SpaceX se encuentra en una carrera contrarreloj para perfeccionar su tecnología y consolidar su papel en la nueva era de la exploración espacial.