Carlos Alcaraz logró una emocionante victoria sobre el número uno del ranking ATP, Jannik Sinner, al ganar el Abierto de China este miércoles. En un tiebreak decisivo, Alcaraz ganó siete puntos consecutivos, cerrando el marcador en 6-7 (6), 6-4, 7-6 (3). Este triunfo marca la tercera victoria del español sobre Sinner en este año, quien está lidiando con un escándalo de dopaje.

El tenista murciano, clasificado en el tercer puesto del ranking, elogió a Sinner tras el partido, comentando: “Él podría haber ganado en dos, yo podría ganar en dos, él podría ganar en tres. Fue un partido muy igualado”. Alcaraz también destacó la calidad del juego de Sinner: “Jannik, una vez más, demostró que es el mejor jugador del mundo, al menos para mí. El nivel al que está jugando es increíble”.

La batalla de 3 horas y 21 minutos, disputada en condiciones frescas con el techo retráctil abierto, fue intensa, con Alcaraz desperdiciando una ventaja de 5-2 en el primer set. A pesar de esto, demostró su capacidad de recuperación al superar un inicio adverso de 3-0 en el tiebreak final. “No voy a mentir: 3-0 abajo, dos mini-breaks para él. No perdí la esperanza, pero pensé, 'OK, tengo que dar todo lo que tengo’”, expresó Alcaraz.

Sinner, defensor del título en Beijing, tuvo que centrarse en el partido tras el anuncio de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que apeló una decisión que lo había absuelto de irregularidades tras dar positivo en dos pruebas de esteroides. A pesar de su situación, Sinner logró 30 tiros ganadores, aunque fue superado por Alcaraz, quien registró 55, aunque también acumuló 52 errores no forzados.

Alcaraz mejora su récord a 6-4 en enfrentamientos directos con Sinner, cimentando una de las rivalidades más emocionantes del tenis actual, que ya rivaliza con la legendaria disputa entre Rafael Nadal y Novak Djokovic. Durante la ceremonia de entrega de trofeos, Alcaraz expresó su respeto hacia Sinner: “Te respeto mucho como jugador, pero aún más como persona”. 

Mientras tanto, Sinner se prepara para su próximo evento en Shanghai, con la mirada puesta en su defensa del título en el Abierto de Australia, en medio de la incertidumbre sobre el caso de dopaje que enfrenta, que podría llevar a una suspensión de uno a dos años.