Estados Unidos se encuentra en medio de una profunda reflexión deportiva tras su eliminación en la fase de grupos de la Copa América 2024, un revés que ha generado dudas sobre el rumbo del equipo bajo el mando de Gregg Berhalter, especialmente con la proximidad del Mundial 2026 que coorganizará junto a México y Canadá.

La decepción llegó luego de que el equipo estadounidense perdiera ante Uruguay, un partido marcado por la controversia, confirmando su salida anticipada del torneo en un grupo que inicialmente parecía accesible con rivales como Bolivia y Panamá.

El camino de Estados Unidos en el torneo sudamericano se limitó a apenas tres puntos, obtenidos en la primera jornada contra Bolivia, seguidos de derrotas contra Panamá y Uruguay por 1-2 y 0-1 respectivamente.

Las críticas no se hicieron esperar, y figuras prominentes del fútbol estadounidense como Clint Dempsey y Alexi Lalas, ahora comentaristas en la cadena 'FOX', expresaron públicamente su descontento y la necesidad urgente de cambios en el equipo nacional.

"Go big or go home", se escuchó en los debates televisivos, incluso sugiriendo nombres como Klopp o Guardiola para liderar un nuevo ciclo en la selección.

La frustración es palpable, especialmente porque Estados Unidos, a pesar de contar con jugadores en las ligas europeas más competitivas, no ha logrado reproducir los éxitos de generaciones anteriores. En la Copa América 2016, organizada en suelo estadounidense, llegaron hasta las semifinales, pero desde entonces han enfrentado resultados menos brillantes, incluyendo una eliminación en los octavos de final del Mundial de Catar 2022 y la no clasificación para el Mundial de 2018.

Con dos años clave por delante antes de ser coanfitrión del Mundial 2026, Estados Unidos se enfrenta a decisiones cruciales sobre su dirección futbolística, ya sea continuando con Gregg Berhalter al mando o apostando por un nuevo enfoque estratégico en busca de revitalizar su competitividad internacional.